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Resumen de Estudio comparativo de la utilidad de la tc y de la pet/tc en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con cáncer de cabeza y cuello

Fernando García Curdi

  • El carcinoma escamoso de cabeza y cuello es el séptimo tumor maligno más frecuente, con una incidencia creciente en todo el mundo, detectándose aproximadamente 600.000 nuevos casos al año, lo que representa el 4% de los diagnósticos de cáncer y la octava causa de muerte por cáncer.

    Los avances en el tratamiento han hecho que las tasas de supervivencia global hayan mejorado en los últimos años; no obstante, el pronóstico sigue siendo grave. La supervivencia global de esta situación, a los 5 años, se sitúa entre el 45-55%, aunque los pacientes diagnosticados en etapas tempranas tienen tasas de supervivencia cercanas al 80%, en dependencia de la localización del tumor. El 60% de los casos son diagnosticados en estadios avanzados, debido a la ausencia de barreras anatómicas, al abundante drenaje linfático de la zona y al patrón de crecimiento infiltrante.

    La estadificación inicial del carcinoma escamoso de cabeza y cuello incluye: examen clínico y diagnóstico mediante técnicas de imagen, para evaluar la extensión local del tumor primario y la afectación de los ganglios linfáticos regionales.

    Diferentes trabajos han demostrado la ventaja de la tomografía computarizada por emisión de positrones con el uso del análogo de glucosa radiomarcado 18F-fluorodesoxiglucosa (PET/TC), en comparación con la TC y RM, para detectar la invasión de ganglios linfáticos cervicales y las metástasis a distancia, ya que es una técnica de imagen corporal completa. Actualmente, el uso de la PET/TC está recomendado en casos de duda de afectación ganglionar regional y en los carcinomas de origen desconocido, puesto que este método diagnóstico localiza, hasta en 1/3 de las ocasiones, el tumor primario, lo que permite modificar el manejo clínico de la enfermedad.

    En los últimos años, ha aumentado el uso de la PET/TC en el diagnóstico, la clasificación, la estadificación y la evaluación de la respuesta al tratamiento, en una gran variedad de tumores malignos. Se ha estudiado la precisión de la PET/ TC, respecto a la TC y/o la RM, para identificar metástasis ganglionares cervicales en el carcinoma escamoso de cabeza y cuello, porque se considera una técnica más sensible; sin embargo, otros trabajos han demostrado que la PET/TC no es capaz de detectar metástasis regionales y a distancia de pequeño tamaño.

    A pesar de mejorar la detección de adenopatías regionales, la detección de metástasis a distancia y el descubrimiento de segundos tumores primarios, por el momento, la información que proporciona la PET/TC que podría permitir la variación de la estadificación, es limitada, ya que los estudios actuales en ese sentido, no son concluyentes, debido al pequeño tamaño de muestra y al uso de una gran variedad de métodos para determinar el rendimiento de dicha exploración.

    Por ello, hemos llevado a cabo este estudio en el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” de Zaragoza, con el propósito de evaluar la relación que existe entre la TC y la PET/TC en la estadificación del cáncer de cabeza y cuello, y así poder esclarecer cuál de las dos técnicas diagnósticas aporta una información más precisa para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello.

    Nuestra muestra incluyó un total de 102 pacientes diagnosticados de cáncer de laringe, desde noviembre del año 1990, hasta julio del año 2017, ambos inclusive, realizándose su seguimiento hasta marzo del año 2020. Algunos de los pacientes analizados fueron evaluados en varias ocasiones, incluyéndose la mencionada evaluación en el estudio, como caso independiente a considerar, cada una de las veces en las que se realizó TC y PET/TC, en los plazos anteriormente señalados. Ello hace que hayamos considerado un total de 169 casos.

    La edad media de nuestros pacientes en estudio fue de 61,35 años, con predominio de varones. El 53,9% de los pacientes fumaba, y el 48,0% consumía alcohol de forma habitual. Asimismo, el 27,5% de la muestra presentaba antecedentes familiares de procesos oncológicos.

    La localización tumoral más frecuente fue la supraglotis (42,2%). La estirpe histológica más frecuente fue el carcinoma escamoso (95,0%) bien y moderadamente diferenciado (73,8%). El estadio tumoral que más frecuentemente encontramos en nuestra muestra fue el IVA (51,0%).

    Al analizar la correlación entre los métodos de diagnóstico por imagen utilizados (TC y PET/TC) en los pacientes que no había recibido tratamiento previo, observamos que la precisión diagnóstica aumentó con el uso de la PET/TC a la hora de localizar el tumor primario (D=0,899 respecto a D=0,762 de la TC), en el estudio de las adenopatías regionales (D=0,931 respecto a D=0,772) y en el diagnóstico de metástasis a distancia (D=0,898 respecto a D=0,244 de la TC).

    Para diagnosticar el tumor primario, la correlación de la PET/TC fue sensiblemente superior a la de la TC (D=0,890 respecto a D=0,430); en el diagnóstico de las metástasis ganglionares regionales llegamos a conclusiones parecidas (D=0,971 respecto a D=0,629) y también en el diagnóstico de metástasis a distancia (D=0,913 de la PET/TC respecto a D=0,657 de la TC).

    Respecto a la modalidad de tratamiento, la terapia preservadora de órgano fue utilizada en el 83,2% de nuestros pacientes, con una intención curativa en el 89,0% de las ocasiones. Al realizar el análisis de la respuesta al tratamiento, se obtuvo una respuesta completa en el 82,2% de los pacientes.

    En el momento de finalizar el estudio, en nuestra muestra, se evidenció que el 48,0% de los pacientes habían fallecido, el 9,8% permanecían vivos, pero con enfermedad, y el 42,2% permanecían vivos sin enfermedad. Se estudió el tiempo que transcurrió entre el final del tratamiento primario y la recaída de la enfermedad, observando que el tiempo medio, entre la finalización del tratamiento primario y la detección de una recidiva tumoral, fue de 15,33 meses. La supervivencia libre de enfermedad media fue de 43,05 meses, con una mediana de 34,46 meses. El valor promedio de la supervivencia global de nuestra muestra fue de 41,80 meses.

    Se analizó el impacto en el tratamiento que tuvo el uso de dos pruebas de imagen: tanto TC como PET/TC, concluyéndose que el utilizar ambas pruebas supuso un cambio en el tratamiento en 67 pacientes (39,7%).

    Las principales conclusiones de este trabajo son:

    1- La incidencia del CCC continúa siendo más alta en el paciente varón, de entre 50 y 65 años de edad, consumidor habitual de tabaco y alcohol.

    2- La localización más frecuente de las neoplasias diagnosticadas en estadios IVA y IVC fue la supraglotis.

    3- Nuestro estudio demuestra que el uso de la PET/TC, en los pacientes con CCC en estadios avanzados, y que no habían recibido tratamiento previo a la realización de la mencionada exploración, aumenta la precisión en el diagnóstico, en la estadificación del tumor primario, en la valoración de los ganglios linfáticos regionales y en la determinación de las metástasis a distancia, respecto al uso de la TC.

    4- Se ha demostrado que, el uso de la PET/TC, en los pacientes con CCC en estadios avanzados y que habían recibido tratamiento previo a la realización de la antedicha exploración, aumenta considerablemente la precisión en el diagnóstico y la estadificación respecto al uso de la TC.

    5- En nuestra muestra, no hemos encontrado diferencias en la aparición de recidivas o de progresión tumoral, en función del tratamiento recibido.

    6- Respecto a la supervivencia libre de enfermedad, en nuestra muestra, no hemos encontrado diferencias según el sexo, el consumo de tabaco, la diferenciación tumoral o el tratamiento recibido, pero sí hemos obtenido una mayor supervivencia libre de enfermedad en aquellos pacientes que nunca habían consumido alcohol.

    7- Respecto a la supervivencia global, en nuestra muestra no hemos hallado diferencias según el sexo, el consumo de tabaco o de alcohol, la diferenciación tumoral o el tratamiento recibido, pero sí hemos obtenido una menor supervivencia global en los tumores en estadios avanzados (III y IV).

    8- Hemos demostrado que el uso de la PET/TC tiene un impacto significativo en el tratamiento de los pacientes con CCC, ampliando y mejorando las decisiones terapéuticas asociadas.

    9- Los hallazgos anteriormente mencionados aconsejan la incorporación de la PET/TC en la estadificación inicial, y en la reevaluación postratamiento de las neoplasias malignas de cabeza y cuello en estadios avanzados.


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