Inmaculada Concepción Carpe Pérez
La Animación como Arte alquímico y práctica contemplativa mindfulness, es un potenciador de la transformación del "ser" y su consciencia, desarrollando la comunicación consciente y la autorregulación hacia el bienestar. A través del proceso creativo y alquímico de las películas animadas, se puede cultivar la atención plena y una visión holística, fomentando con ello el pensamiento crítico, reflexivo y creativo en busca de la coherencia en las historias que vivimos y las que recreamos.
El objetivo principal de esta Tesis Doctoral, es mostrar a la comunidad, la animación como un lenguaje alternativo y práctica mediadora y preventiva, tanto para los individuos como para la sociedad, desde las Artes y la Educación, frente a la desinformación, desorientación y manipulación mediática que actualmente vivimos. La animación así concebida, favorece una mente despierta, atenta, sensible y equilibrada, con un corazón sabio y el animador, se convierte en un un artista chamánico consciente, en un alquimista, cuyo arte será mediador desde el individuo a la comunidad, estableciendo un diálogo abierto para el cuidado emocional y la autorreflexión.
Nuestra perspectiva plantea un cambio, pasando de usar la animación como forma de entretenimiento, a utilizarla como una herramienta de aprendizaje neuro artístico, introduciendo aspectos de la Neurociencia en el proceso creativo y transformándola así en un arte neuro plástico, que promueve la neuroplasticidad autodirigida y la inteligencia emocional.
Con esta metodología se estimulan valores como la compasión, la empatía y la resiliencia, donde el proceso alquímico de transformación individual, invita a realizar un viaje introspectivo y purificador, conectando la mente y el cuerpo, el individuo con el grupo y la comunidad con el mundo, a través de las historias animadas. Narrativas que pueden idear nuevos héroes y heroínas, independientes y compasivos, que nos ofrezcan otros modos de enfrentar los desafíos de la vida con humor y sabiduría.
En el campo del arte en general y dentro de la industria del cine en particular, por el poder que el audiovisual tiene hoy en día sobre la población, es vital cultivar artistas conscientes de los contenidos que producen, por el impacto e influencia que ejercen en ellos mismos/as, y en la sociedad que los consume y cultura a la que los dirigen.
La animación es un lenguaje ancestral y fuente de sabiduría que ofrece un espacio sagrado desde el yo para la comunicación e intercambio de información con el otro; puente entre la ciencia y el arte, lo visible y lo oculto, lo espiritual y lo terrenal, lo análogo y tecnológico, donde el límite lo pone solo la imaginación. Entrar en el mundo animado, es entrar en el mundo de los sueños y la Alquimia espiritual, donde todo es posible.
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