El crecimiento socioeconómico de los países enriquecidos se ha conseguido gracias a la degradación de los sistemas naturales generando un déficit de sostenibilidad. En un planeta finito, y en constante cambio, no se pueden mantener las lógicas propias de una acumulación infinita de capital, que ha perdido toda referencia a los límites planetarios ya sobrepasados. La crisis ecológica es uno de los principales impulsores de la actual crisis global. Esta crisis afecta tanto a los cambios de usos del suelo, la simplificación del paisaje, la sobreexplotación y la disminución de la complejidad de la biodiversidad, como a la pérdida de culturas territorializadas debido a la globalización y a la desconexión con el territorio. Además, los impactos de la crisis socio-ecológica global se distribuyen de manera desigual.
En este contexto los paisajes agrarios están dominados por el sistema capitalista urbano-agroindustrial, especialmente cuando se enfoca exclusivamente a la eficiencia de la producción y a la intensificación del sistema agroalimentario. La producción agrícola ha pasado a estar intervenida por megacorporaciones globales que controlan grandes áreas cultivadas y cadenas de suministro completas acelerando el deterioro de la diversidad de prácticas, de conocimientos agrícolas tradicionales y de la propia identidad agraria. Además, las prácticas agrícolas están cada vez más deslocalizadas utilizando recursos de lugares distantes, en los que se incluye el capital humano. Esta crisis del sistema agroalimentario ha supuesto un deterioro de los vínculos culturales y el sentido de pertenencia a los paisajes agrarios. Para hacer frente a esta situación es importante la sustitución de los viejos valores de referencia por otros nuevos que han de ir surgiendo de la renovación del pensamiento social. Para transitar hacia un sistema socio-ecológico sostenible es necesario cambiar el paradigma en que se asienta. En el caso de la actual “sociedad consumista” esa superación ha de referirse a las ideas que afirman que la posesión de más cosas hace más feliz a la sociedad, que el crecimiento perpetuo es algo bueno, que el ser humano no forma parte de la naturaleza o que esta es un almacén de recursos para ser explotados en beneficio de la humanidad.
La presente tesis doctoral realiza un análisis de los agroecosistemas desde la perspectiva socio-ecológica para avanzar sobre el conocimiento de la conexión entre los paisajes agrarios y la sociedad. El enfoque sugerido persigue, por tanto, complementar los enfoques existentes para el análisis de sistemas socio- ecológicos, con el fin de profundizar en el entendimiento de los diferentes niveles de funcionamiento sistémico desde las Ciencias de la Sostenibilidad, aunando disciplinas como la sociología ambiental, la ecología del paisaje, y la agroecología. El enfoque metodológico utilizado se basa en un método mixto e interdisciplinar, que combina técnicas cartográficas con técnicas de participación social. Estas herramientas han permitido realizar una evaluación socio-ecológica de los paisajes agrarios, con la finalidad de I) caracterizar las principales trayectorias de cambio en el uso del suelo ocurridas en los últimos 30 años en los paisajes agrarios del sureste de Madrid; II) explorar la percepción social sobre las trayectorias de cambio en el uso del suelo, así como el impacto que estas producen en la provisión de servicios de los ecosistemas; III) profundizar sobre los mecanismos que articulan el sentido de pertenencia en los paisajes agrarios como servicio ecosistémico cultural clave; y finalmente IV) analizar, desde la perspectiva socio-ecológica, una iniciativa de agroecología participativa como escenario para entender y promover la conexión entre sociedad y naturaleza en paisajes agrarios.
Los principales resultados identificaron tres grandes trayectorias de cambio de uso de la tierra: el abandono agrícola, la extracción de áridos y la intensificación agrícola. El abandono de la agricultura fue percibido por la población local como la trayectoria que produce los impactos más negativos en la producción de alimentos, la fertilidad del suelo y el mantenimiento de la reserva genética de variedades locales. Además, se mostraron a favor de la promoción de zonas verdes y/o protegidas y huertos tradicionales e identificaron zonas agrarias como proveedoras de sentido de pertenencia. Viendo los fuertes vínculos de la sociedad con los paisajes agrarios, dentro de una iniciativa de agricultura participativa, se encontró que los factores que explican la importancia social de los paisajes agrarios son los vínculos con las actividades agrícolas, el tiempo que se pasa al aire libre y el género. Encontramos que las personas que se identificaban como mujeres mostraron una visión del mundo más fuerte y amplia en los argumentos filosóficos sobre su conexión con la naturaleza, mientras que las personas que se identificaban como hombres se vincularon con la naturaleza a través de respuestas más cognitivas. Los resultados indican que la agricultura participativa puede ser un punto de apoyo para fomentar la conexión entre la sociedad y la naturaleza, ya que tiene la posibilidad de arraigar a la sociedad mediante el establecimiento de conexiones de pertenencia, administración y cuidado. Los resultados pueden ser usados por personal gestor del territorio e investigador para abordar los valores del paisaje en relación con el sentido de pertenencia.
Los resultados encontrados son discutidos desde cuatro ámbitos en el contexto de su contribución a la transición agroecológica de los paisajes agrarios de la comarca de las Vegas de Madrid. El primer ámbito evalúa desde un enfoque metodológico cómo las herramientas empleadas han sido capaces de alcanzar los objetivos establecidos. El segundo ámbito aborda el papel de la ecología del paisaje en el estudio de los paisajes agrarios para entender los impactos que diferentes trayectorias de uso del suelo provocan en la percepción social de los servicios suministrados por paisajes agrarios. El tercero ámbito aborda el sentido de pertenencia asociado a los paisajes agrarios como estrategia contra la intensificación y el abandono agrario. Finalmente, el cuarto ámbito discute algunas de las barreras y oportunidades que pueden promover una transición agroecológica de los paisajes agrarios de la comarca de las Vegas desde el marco de los puntos palanca. Se concluye que el sentido de pertenencia ligado a los paisajes agrarios es un enclave estratégico para el apoyo y promoción de una transición agroecológica en la comarca. Así mismo, las actividades de agricultura participativa son adecuadas para introducir la naturaleza en la vida cotidiana de las personas y pueden ayudar a identificar caminos hacia una mayor conexión entre la sociedad y la naturaleza.
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