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Infección del sitio quirúrgico en cirugía craneal y raquimedular: estudio comparativo de los factores de riesgo

  • Autores: María Pilar Chisbert Genovés
  • Directores de la Tesis: José Piquer Belloch (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad CEU - Cardenal Herrera ( España ) en 2019
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Alicia C. López Castellano (presid.), Isabel Serra Guillén (secret.), María Isabel Mármol López (voc.), Enrique Mollá Olmos (voc.), Gustavo Juan Samper (voc.)
  • Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Medicina Traslacional por la Universidad Cardenal Herrera-CEU ; la Universidad San Pablo-CEU y la Universitat Abat Oliba CEU
  • Materias:
  • Enlaces
  • Resumen
    • Introducción La infección del sitio quirúrgico (ISQ) en neurocirugía es dentro de las complicaciones postquirúrgicas, uno de los problemas más usuales con que se puede enfrentar la enfermería quirúrgica especializada. Este hecho viene determinado por su gravedad potencial y real elevada que implica tanto al pronóstico vital como funcional de la persona enferma.

      Para comprender la magnitud del problema médico y enfermero que supone dicha complicación, es necesario conocer previamente su incidencia, los tipos de cirugía relacionados, la clínica, así como los factores de riesgo más importantes.

      Objetivo Evaluar los factores de riesgo relacionados con la ISQ en los pacientes sometidos a cirugía craneal versus raquimedular.

      Material y métodos Se realizó un estudio descriptivo-retrospectivo en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario de La Ribera (Alzira, Valencia) que abarcó desde el 1 de enero de 2005 al 1 de enero de 2015. Se incluyeron todos los enfermos que habían sido intervenidos de craneotomía y cirugía de raquis, con carácter urgente o programado, que desarrollaron infección superficial de la herida quirúrgica hasta un año después de la intervención.

      Se recogieron los factores de riesgo de dichos casos siguiendo los criterios de infección nosocomial establecidos por los Centers for Disease Control and Prevention en 1992 y actualizados en 2014. Los datos se obtuvieron a través del acceso a la red de historias clínicas “SIAS Clínico” y registro quirúrgico “RQ”.

      Se analizaron un total de 32 factores de riesgo en cirugía craneal y 41 en cirugía raquimedular, relacionados con el huésped, intervención quirúrgica y antecedentes. También se estudió el tiempo de detección de la infección, la existencia o no de profundización infecciosa, la microbiología de la misma, el tratamiento antibiótico administrado, las medidas quirúrgicas necesarias y la evolución final del paciente, entre otras variables relacionadas con la serie.

      Resultados De un total de 870 craneotomías realizadas en 710 pacientes, 14 presentaron ISQ en un tiempo medio de 66.4 días lo que supone una incidencia acumulada de infección del 1.6%. Durante el mismo periodo, se practicaron 2301 cirugías vertebromedulares (2090 pacientes), que en 20 casos evolucionaron con ISQ, representando una incidencia acumulada del 0.87% en un tiempo medio de 37.7 días.

      Los principales agentes causales de la infección de la herida quirúrgica de la craneotomía fueron Staphylococcus aureus (21.4%) y Escherichia coli (21.4%). Y en cirugía raquimedular fueron Staphylococcus aureus (25%) y Enterobacter cloacae (20%).

      En el análisis bivariado, realizado mediante la prueba Chi cuadrado (p<0.05), en cirugía craneal, sufrir obesidad supuso dos veces más riesgo de éxitus (OR=2.15) y en el caso de presentar infecciones coexistentes el resultado fue de cuatro veces más probabilidad de éxitus (OR=4.00). El riesgo de mortalidad fue dos veces superior en pacientes obesos o con infecciones coexistentes (OR=2.00), sometidos a cirugía raquimedular.

      La totalidad de los casos cursaron con supuración y cicatrización tórpida de la herida. Hubo extensión profunda afectando al hueso o espacio del órgano en un porcentaje elevado de casos (92.8% tras cirugía craneal y 70% tras cirugía de raquis), que motivó que la mortalidad global de la serie fuera muy elevada (21.4% tras craneotomía y 5% tras cirugía espinal).

      Conclusión En nuestro estudio, resultan predictores de ISQ los factores de riesgo relacionados más con el enfermo que con la intervención quirúrgica. Por ello, la enfermera neuroquirúrgica debe vigilar atentamente durante el proceso perioperatorio al sujeto que presente dicha comorbilidad asociada y prestarle los cuidados específicos para conseguir su estado óptimo y poder prevenir una posible complicación infecciosa relacionada con la herida quirúrgica.


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