El hombre excreta una gran cantidad de virus a través de las heces y la orina, que llegan al medio acuático y se dispersan. Su gran estabilidad hace que en muchas ocasiones los procesos de depuración actualmente aplicados no consigan eliminarlos completamente. La ingestión de agua o alimentos contaminados puede provocar una gran diversidad de enfermedades, incluso con dosis infecciosas muy bajas.
En este estudio se ha desarrollado una metodología para la recuperación de partículas víricas a partir de muestras de agua, suspensiones fecales y moluscos bivalvos, basados en la elución de los virus a partir del material particulado, utilizando tapón glicina a pH 9,5-10 y concentración por ultracentrifugación o ultrafiltración. Dicha metodología fue aplicada para evaluar la contaminación vírica del medio acuático del área metropolitana de Barcelona, que representa una población de aproximadamente dos millones de personas.
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