Los trabajos de investigación arqueológica que se han venido desarrollando en el Cerro el Castillo de Yecla (Murcia) desde el año 1990, han puesto de manifiesto la importancia de este yacimiento arqueológico en el ámbito territorial de Šarq al-Andalus durante el periodo almohade y tardo almohade, por tanto, entre la segunda mitad del siglo XII y el tercer tercio del silgo XIII. Con ello, se ha conseguido verificar la localización de lo que las fuentes árabes escritas reconocían como ḥiṣn Yakka, castillo construido inicialmente durante el primer periodo de taifas en el siglo XI y que a partir de la ocupación almohade adquirirá una importancia relevante, no solo con la ampliación del propio castillo sino también con la fundación ex novo de un núcleo de población en la ladera S-SE del cerro. El ḥiṣn Yakka debió surgir probablemente en un momento de tránsito entre el primer período de taifas y la instauración del gobierno de la dinastía almorávide. Se concibe originariamente como refugio temporal (ma´quil) colectivo para las comunidades campesinas instaladas en las alquerías próximas. Es posible que en ese momento contara con un pequeño núcleo de población, a modo de arrabal, en el área nororiental del cerro, próximo al recinto fortificado superior. Pero no será hasta el último cuarto del siglo XII y sobre todo a lo largo del primer tercio del siglo XIII cuando experimente una transformación sustancial. Se amplía la fortificación del recinto superior, construyéndose en su interior un conjunto residencial al que se le dota de un silo y un aljibe. La existencia de este espacio como hábitat permanente sugiere la posibilidad de la existencia de un qā´id, como representante estatal, siendo esta figura del cadiazgo el elemento que garantice el equilibrio en el control fiscal del territorio, entre el Estado, las comunidades campesinas asentadas en la zona y su aljama. Al tiempo que se construye el conjunto residencial surge un nuevo núcleo urbano ubicado en la ladera S-SE del cerro. El paisaje poblacional se completa con la existencia de tres pequeños núcleos de población o alquerías (qarya) Una se localiza en el paraje Baños-Torrejones, otra en el paraje de El Pulpillo, no descartando en este caso la posibilidad de que pueda tratarse de un emplazamiento tipo rahl vinculado a la actividad ganadera, reutilizando en ambos casos las antiguas instalaciones agrícolas de filiación romana; y la tercera, situada en la actual trama urbana de la ciudad de Yecla, en el denominado barrio del Peñón, que se localiza en el lado SE del cerro de Santa Bárbara. A la vista de todo ello parece evidente que en este periodo nos encontramos ante un creciente aumento demográfico, en el contexto de un proceso que ha venido a definirse como de “concentración de la población campesina y redefinición y nuclearización de los espacios castrales, quizás con el fin de mejorar el control tributario fiscal” (Azuar Ruiz, 2000: 484). Probablemente no fuera este el único fin, postulando como valor añadido la conformación de estas comunidades campesinas y ganaderas en sí mismas, como elemento esencial de defensa del territorio ante la creciente amenaza de los reinos feudales cristianos.
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