John Henry Newman (1801-1890), inglés converso de la iglesia anglicana a la católica en plena época victoriana, está considerado uno de los mayores intelectuales del siglo XIX. Se trata de un autor que vivió muchos años vinculado a la Universidad y que a lo largo de todo ese tiempo ejerció abundantemente el diálogo académico, primero en Oxford y luego en Dublín. También dejó plasmada su importancia en sus escritos universitarios, sobre todo en The Idea of a University y en Rise and Progress of University.
En este trabajo se ha hecho una investigación sobre la experiencia del diálogo académico en la vida universitaria de Newman, además de una búsqueda en sus escritos, para localizar las referencias al diálogo académico y poder presentar el tema de modo sistemático.
Para John Henry Newman, el diálogo académico es lo que distingue a una verdadera universidad. Aunque también la organización y los reglamentos son importantes para el buen funcionamiento y su permanencia en el tiempo, Newman está convencido de que sin un buen sistema, una universidad puede ir adelante, pero no sin el diálogo académico. Newman consideraba que durante los años universitarios es posible adquirir la excelencia intelectual, en gran medida gracias a la interacción entre los estudiantes y con los profesores.
Newman considera que tanto para la docencia como para la investigación es fundamental el diálogo académico, puesto que el saber no solo se expande, sino que también prospera cuando hay un clima de convivencia amistosa. Por otra parte, está convencido de que la universidad es el lugar por excelencia de la confianza en la verdad y de que ninguna persona ni ciencia individual puede abarcar la totalidad del saber, por eso, ante la aparente contradicción que a veces se puede apreciar entre la verdad alcanzada por diferentes autores o ciencias, la actitud adecuada no es la de cancelar o suprimir, sino la de seguir estudiando y ver la manera de establecer un diálogo abierto y cordial, con la esperanza de que así se encontrará una luz mayor que permitirá un acercamiento más certero a la verdad que se busca.
Newman siempre alentaba a buscar una comunicación viva y personal, y así lo hacia él también. Además, hablaba como partícipe y no como espectador de la verdad, por eso era capaz de hablar desde el corazón hacia otro corazón -como lema cardenalicio, en los últimos años de su vida, escogió justamente cor ad cor loquitur- de una manera tan excepcional.
A la luz de lo investigado cabe concluir que, no solo por sus enseñanzas, sino principalmente por su vida, John Henry Newman es un maestro del diálogo académico y constituye una inspiración para todos aquellos que en la actualidad ponen su vida al servicio de la universidad.
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