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Resumen de Reconstrucción del torso del género homo mediante técnicas de morfometría geométrica 3D

Sheila Nicole Torres Tamayo

  • En 1961, el antropólogo A.H. Schultz documentó por vez primera que, en el torso de los primates, las anchuras y curvaturas de las costillas inferiores se corresponden con las anchuras y curvaturas de las crestas ilíacas. Los trabajos seminales de Schultz sentaron las bases para que, en el año 1993, la paleoantropóloga Carol V. Ward planteara dos patrones anatómico-funcionales en el torso de catarrinos: los cercopitecoideos poseen torsos que favorecen la postura pronógrada y la locomoción cuadrúpeda, y los hominoideos no humanos poseen torsos que favorecen la postura ortógrada y la locomoción que involucra la abducción-aducción de las extremidades superiores, como es el caso de la locomoción arbórea suspensoria. Estos trabajos han reforzado la idea de que el tórax, la columna vertebral y la pelvis forman un complejo morfo-funcional integrado en primates (integración morfológica), por lo que cabe esperar que los cambios morfológicos de unos elementos vayan asociados a cambios morfológicos en otros (covariación morfológica). La magnitud de la integración y los patrones de covariación entre los elementos que componen el tórax, la columna vertebral y la pelvis pueden verse influidos por distintos factores e.g. postura, modo de locomoción, dimorfismo sexual, alometría. Profundizar en cómo estos factores influyen sobre la morfología del torso en hominoideos actuales y vivientes puede ser de gran importancia para tratar de reconstruir la anatomía funcional del torso en homininos extintos.

    En este sentido, existe un gran debate acerca de la evolución de la forma corporal en Homo, un taxón que surgió en África hace ~ 2 millones de años y que se caracteriza por una expansión cerebral y una reorganización del plan corporal. El modelo clásico propuesto por Christopher B. Ruff en 1991 apoya un origen evolutivo profundo de la forma corporal estrecha de H. sapiens, que sería compartida con H. erectus africano temprano como una adaptación termorreguladora al clima de las regiones que habitó esta especie. El modelo más reciente, propuesto por el equipo investigador de Atapuerca tras el descubrimiento de los fósiles de Gran Dolina y de la Sima de los Huesos, plantea que la forma corporal estrecha de H. sapiens sería la novedad evolutiva de un modelo en el que H. neanderthalensis y H. erectus africano temprano compartirían una forma corporal ancha consistente con un elevado gasto metabólico. Recientemente, se ha propuesto un tercer escenario que apoya una gran diversidad morfológica post-craneal en H. erectus, donde tendrían cabida las dos morfologías corporales propuestas anteriormente para esta especie.

    La preservación del esqueleto de KNM-WT 15000, un individuo juvenil masculino de H. erectus africano temprano (~1,6 millones de años), hace de este fósil un espécimen clave para el estudio del origen de la forma corporal de Homo. Sin embargo, a pesar de su relevancia, no existe hasta la fecha una reconstrucción cuantitativa del torso de este individuo. Por lo tanto, el objetivo general de esta tesis doctoral es el desarrollo de un método cuantitativo basado en la covariación entre el tórax y la pelvis para reconstruir el torso de KNM-WT 15000. Para ello, se analizaron los patrones de covariación toraco-pélvicos en H. sapiens adultos (Objetivo 1), que confirmaron que el tórax y la pelvis son dos estructuras integradas cuya covariación se ve influida por el dimorfismo sexual y por la alometría. La comparación de estos patrones con los de Pan troglodytes adultos (Objetivo 2) sugiere que, en esta especie, la covariación podría no estar tan influida por el dimorfismo sexual y la alometría como en H. sapiens. Asimismo, ambas especies comparten una correspondencia morfológica entre el tórax y la pelvis probablemente conservada desde el último ancestro común Pan-Homo. En base a esta covariación, se desarrolló un método para predecir la morfología torácica a partir de la morfología pélvica, que se validó en un fósil Neandertal ampliamente estudiado (Objetivo 3). La morfología torácica resultante fue consistente con la propuesta previamente para Neandertales. Por último, la reconstrucción cuantitativa del torso de KNM-WT 15000 (Objetivo 4) consistió en la reconstrucción del tórax mediante técnicas de antropología virtual y morfometría geométrica 3D (Objetivo 4a), y en la reconstrucción de la pelvis mediante el método predictivo desarrollado en esta tesis (Objetivo 4b). La reconstrucción resultante apoya una forma corporal ancha (y profunda) para H. erectus africano temprano, consistente con un elevado peso corporal y gasto metabólico en esta especie. Esta reconstrucción abre la puerta a interpretaciones funcionales que deberán ser evaluadas con los métodos adecuados en futuros estudios.


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