A nivel internacional, se ha evidenciado que las mujeres, en general, presentan mayores prevalencias demala salud mental, de diagnóstico de depresión y ansiedad, así como de consumo de psicofármacos.Además, estas cifras se incrementan en las mujeres pertenecientes a grupos socialmente más vulnerables.El objetivo fue analizar las desigualdades de género en la salud mental y en el proceso de medicalizaciónde la misma en la población española desde una perspectiva interseccional, así como, intentar identificaralgunos de los factores explicativos más relevantes de las desigualdades de género en salud mental.Para ello, se realizó, por un lado, una revisión de alcance y, por otro lado, un análisis cuantitativo.Respecto a la revisión, se realizó una búsqueda sistemática de artículos científicos publicados entre 2010-2019 en Pubmed, Scopus, Web of Science y PsycInfo de estudios que analizasen el papel de lascondiciones de empleo y trabajo, el trabajo doméstico y de cuidados, y el apoyo social comodeterminantes intermedios que explican las desigualdades de género en la salud mental. Para el análisiscuantitativo se utilizaron los datos de la Encuesta Europea de Salud en España (2014) y de la EncuestaNacional de Salud de España (2017).Las mujeres presentaron prevalencias más altas de mala salud mental y de diagnóstico de ansiedad y/odepresión, siendo mayores en los grupos sociales más vulnerables. La revisión mostró que lascaracterísticas del mercado de trabajo afectan de manera diferente a la salud mental de hombres ymujeres. Asimismo, se encontró que el trabajo doméstico y de cuidados supone una carga extra para lasmujeres, con repercusiones negativas en su salud mental. Además, se halló que el apoyo social es unfactor protector de la salud mental de las mujeres. En el caso de la medicalización de la salud mental, seobservan desigualdades de género que se traducen en un posible sobrediagnóstico y sobreprescripción depsicofármacos en las mujeres, que se vuelven más intensas en los grupos socioeconómicamente peorposicionados, siendo inexistentes en los grupos sociales más privilegiados.Como conclusión, existen desigualdades de género en la salud mental de la población española que seven agravadas en los grupos sociales menos privilegiados. El papel que juegan los determinantesintermedios en esas desigualdades es heterogéneo, afectando de manera desigual a la salud mental dehombres y mujeres. Asimismo, existen desigualdades de género en la medicalización de la salud mentalde las mujeres, volviéndose más intensa en las mujeres de los grupos sociales más vulnerables. Es precisala puesta en marcha de políticas dirigidas a reducir las desigualdades de género en los diferentes espaciossociales, ya que esto redundará en una disminución en la brecha de género en salud mental. Además, esnecesario incorporar la perspectiva de género en la investigación en salud mental, así como en laformación de los y las profesionales. Por último, es indispensable repensar el modelo de práctica clínicaactual, redirigiéndolo hacia una asistencia menos biologicista y medicalizada de la salud mental.
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