Psicopatología. Género. Mujeres.
La salud de mujeres y hombres es diferente, siendo las mujeres quienes tienen peor salud general. Es en el área de salud mental donde la diferencia de sexo en la prevalencia de trastornos es especialmente significativa: las mujeres tienen casi el doble de trastornos que los hombres.
Los datos epidemiológicos muestran que en algunos diagnósticos no hay diferencias de sexo, pero hay otros muchos trastornos donde la prevalencia es muy superior en mujeres, como en los Trastornos Alimentarios (el 90% de los casos diagnosticados corresponden a mujeres), depresión, ansiedad o distimia. Podría señalarse que las mujeres tienen mayor prevalencia en trastornos relacionados con la internalización (ansiedad, depresión) y los hombres con la externalización (trastorno de personalidad antisocial, adicciones).
Esta morbilidad diferencial entre hombres y mujeres puede explicarse mediante dos tipos de formulaciones: la primera sostiene que los factores constitucionales, genéticos y/o endocrinos son los condicionantes de las diferencias de morbilidad entre ambos sexos, aunque la investigación en esta línea resulta insuficientes a la hora de explicar dicho fenómeno. La segunda sostiene que son las variables socioculturales que, a través de roles socialmente impuestos, condicionan en última instancia la forma en que hombres y mujeres manifiestan su sufrimiento psicológico.
Surge así el interés para analizar hasta qué punto influye el género (lo sociocultural) en que las mujeres terminen por solicitar asistencia psicológica. Para realizar la investigación empírica, se reclutó una muestra de 358 mujeres entre los 18 y los 80 años.
168 de centros de atención psicológica privados y 190 fueron controles (no recibían atención psicológica/psiquiátrica). Se utilizaron instrumentos de evaluación que recogían variables sociodemográficas, clínicas (Inventario de Evaluación de la Personalidad PAI, versión abreviada y Test de actitudes hacia la comida EAT) y de conformidad con las normas de género (Inventario de Conformidad con las Normas de Género Femeninas CFNI y el Inventario de Conformidad con las Normas de Género Masculinas CMNI).
Los datos obtenidos indican que, cuando una mujer puntúa más en alto en las variables clínicas de Ideaciones Suicidas y Rasgos Límites es más probable que esté recibiendo atención psicológica, siendo Ideaciones Suicidas la variable de mayor peso.
Las siguientes variables con mejor capacidad de clasificación a la hora de determinar si una mujer está recibiendo ayuda psicológica son algunas de las típicamente asociadas a la conformidad con los roles de género femeninos (Cuidado de niños, Valorar las Relaciones y Fidelidad Sexual). Las variables clínicas de Estrés, Afabilidad, Agresividad, Ansiedad, Trastornos Relacionados con la ansiedad y Quejas somáticas son las siguientes con mejor capacidad de clasificación.
Por lo tanto, se puede concluir que algunas variables de género resultaron relevantes a la hora de informar sobre si una mujer recibe o no tratamiento psicológico, es decir, una mayor conformidad con las variables de género hace que las mujeres demanden más asistencia psicológica. Resulta imprescindible incluir la perspectiva de género en investigación para alcanzar una comprensión más amplia respecto a la etiología de los trastornos, lo cual resulta de vital importancia para poder diseñar programas de prevención educativa y en salud. Este planteamiento puede contribuir a ¿despsicopatologizar¿ los trastornos que padecen las mujeres, haciendo recaer los determinantes también en factores socioculturales con las implicaciones que eso tiene.
Women’s health is different from men’s health, with women having the worst general health: they have a higher number of chronic conditions, higher levels of cognitive impairment, and a higher prevalence of severe pain and physical disability (Case & Paxson, 2005; Chiasson & Hirsch, 2005; Crimmins et al., 2010; Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social [Spanish Ministry of Health, Consumer Affairs, and Social Welfare], 2018a; Oksuzyan et al., 2019; Sánchez-López et al., 2012). However, if there is one area of health where gender-based differences in the prevalence of disorders is particularly significant, that is mental health, where the prevalence of mental health problems is twice as high in women as in men (Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social [Spanish Ministry of Health, Consumer Affairs, and Social Welfare], 2018b; World Health Organisation [WHO], 2018; Velasco et al., 2007).Epidemiological data show that there are a number of diagnoses for which there are no sex-based differences, but there are many other disorders where the prevalence is much higher in women. This is the case of eating disorders (Kohen, 2010; Ruiz et al., 2016), affective disorders such as depression (Ferrari et al., 2013; Pérez & Serra, 1997; Pérez & Gaviña, 2019; Sáenz-Herrero, 2019; Salk et al., 2017), anxiety and dysthymia (Leal, 2006; Pérez & Gaviña, 2019; Sánchez-López & Cuéllar, 2013), and some personality disorders, such as borderline disorder (Kienast et al., 2014; Ortiz-Tallo et al., 2011a; Millon & Grossman, 2003; Tomko et al., 2014). It also follows from the above that women have, in general, a higher prevalence of internalising disorders (anxiety, depression) while men tend towards externalising disorders (antisocial personality disorder, addictions) (Eaton et al., 2012)...
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