El número de investigadores de muy distintas ciencias que, con temas, fines y metodologías muy diferentes, se sirven de la documentación de tipo catastral o paracatastral para sus investigaciones, es cada vez mayor y es de prever que seguirá aumentando. Ello es el resultado de varios hechos: el mayor conocimiento de estos grandes conjuntos documentales, cada vez mejor catalogados, de las facilidades dadas por los archivos para su consulta y reproducción, de la puesta a disposición del investigador de toda o parte de la documentación en la red y del rápido desarrollo de herramientas informáticas que facilitan el tratamiento de la cartografía que la mayoría de los catastros lleva asociada y de los grandes volúmenes de datos, a veces muy heterogéneos, que aportan. Todo ello ha hecho de los catastros una de las fuentes geohistóricas de mayor interés para muy distintos tipos de investigaciones, investigadores y ramas del saber. En el caso de España, el catastro más utilizado desde que en 1947 Matilla Tascón publicara su obra pionera sobre el mismo ha sido el de Ensenada, levantado en los territorios de la Corona de Castilla, hasta el punto de que se UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID Facultad de Filosofía y Letras Departamento de Geografía 8 cuentan ya por miles los trabajos publicados a partir de la información que contiene. Si con la documentación catastral se ha trabajado exhaustivamente, no ha sido así sobre el catastro en sí mismo. Tras la obra de Matilla, que hay que enmarcar en esa línea, siguieron los trabajos de Camarero Bullón, que han ido fijando el proceso operativo, las claves normativas y su aplicación, lo que ha permitido comprender cada vez mejor el contenido y alcance de la información contenida en la documentación ensenadista. Un tema del catastro de Ensenada en sí mismo del que nada se sabía y sobre el que mucho se ha especulado ya desde el momento de su confección es su coste y los factores que incidieron en el mismo. Es esta una cuestión que se desconocía para el catastro castellano y se desconoce, hasta donde sabemos, para los catastros europeos del momento. Así, esta tesis aborda el estudio de esos costes, habiendo conseguido establecer el montante total de los mismos para 21 de las 22 provincias de la Corona, pues, a día de la fecha no se han hallado la documentación relativa al Reino de Sevilla, su estructura y los factores que incidieron en ellos. El análisis en detalle, pueblo a pueblo, audiencia a audiencia y partida a partida de los costes se ha realizado para el Reino de Jaén, puesto que pretender hacerlo para las más de 15.000 localidades catastradas supera con mucho las posibilidades de una Tesis doctoral. Se ha conseguido, así, establecer el coste de la provincia pueblo a pueblo y ciudad a ciudad, la estructura de costes, los factores geográficos, económicos, sociales y procedimentales que han incidido en los mismos en cada localidad, así como la composición de las audiencias y profesionales que han actuado en cada una de ellas. Con ello se ha creado un modelo de análisis que es extrapolable al estudio del resto de provincias y a otros catastros, tanto españoles como extranjeros. De ese estudio se concluye que la pesquisa catastral ensenadista se llevó a cabo con enorme racionalidad tanto en el sistema de trabajo como en el manejo de los fondos que debió aprontar la Real Hacienda, a cuyo cargo corrió la averiguación
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