Candela Menéndez Fernández- Miranda
Dientamoeba fragilis es un protozoo del tracto gastrointestinal, muy prevalente en nuestro medio y responsable de sintomatología clínica diversa, principalmente digestiva. Desde la primera descripción hace apenas un siglo, son muchos los interrogantes aún sin responder: sus diversas morfologías y el papel de cada una de ellas, su verdadera prevalencia, su modo de transmisión, su patogenicidad o su tratamiento de elección, continúan siendo fuente de controversia.
El presente trabajo tiene como objetivo principal describir las características clínicas de los pacientes diagnosticados de infección por D. fragilis. Como objetivos secundarios se incluyen: el estudio de la prevalencia de D. fragilis en contactos domiciliarios de pacientes inicialmente infectados y sus implicaciones, el análisis comparativo de la eficacia de los tratamientos empleados, el estudio de la coinfección por Enterobius vermicularis, y, por último, la evaluación de la patogenicidad de D. fragilis y de los factores de riesgo asociados a la infección por dicho protozoo.
Para el desarrollo de los citados objetivos se diseñó un estudio descriptivo, retrospectivo, en el que se incluyeron todos los pacientes diagnosticados de infección por Dientamoeba fragilis en la consulta de Medicina tropical del Hospital Universitario Central de Asturias entre enero de 2012 y diciembre de 2017. A todos estos pacientes se les aplicó un protocolo de recogida de datos demográficos, epidemiológicos y clínicos, para su posterior procesamiento y análisis.
D. fragilis ha demostrado ser un protozoo patógeno, responsable de múltiples síntomas, principalmente dolor abdominal, diarrea y eosinofilia, aunque es cierto que algunos pacientes infectados se encuentran asintomáticos. Los factores de riesgo asociados a la infección por D. fragilis son: el contacto con niños, la residencia en zona rural y la coinfección por E. vermicularis. Existe una elevada prevalencia de D. fragilis en convivientes de pacientes inicialmente diagnosticados de infección por este protozoo, muchos de los cuales se mantienen libres de síntomas, constituyendo un importante reservorio para la infección. Los dos tratamientos empleados en nuestro medio: metronidazol y paromomicina presentan tasas de curación similares, siendo la coinfección por E. vermicularis el único factor que se ha asociado al fracaso terapéutico.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados