El crecimiento a nivel mundial de número de dispositivos móviles inteligentes durante las últimas décadas ha llevado no solamente en la mejora del hardware, avanzando a los niveles marcados por la Ley de Moore, sino también ha traído una mejora cualitativa del software. Esta mejora resulta como consecuencia de la automatización de la mayoría de las industrias, que con la intención de acercar los sistemas productivos a los usuarios, sustituyen a los servicios intermediarios habituales por la tecnología.
Esto ha llevado a la creación de multitud de aplicaciones móviles y web cuyo diseño y funcionalidad se ha visto condicionada frecuentemente por limitados recursos económicos. Como consecuencia, la pequeña industria se ha visto desfavorecida por el hecho de competir contra corporaciones con muchos más recursos, y no en pequeños mercados como sucedía en los siglos precedentes, sino en un único mercado global de aplicaciones.\par Uno de los déficits fundamentales en estas pequeñas aplicaciones es la falta de inversión en equipos de experiencia de usuario (UX), que ayudan a acercar la tecnología al usuario, adecuándose más a sus características personales. De esto derivan una serie de problemáticas, puestas de manifiesto cuando se evalúa el software para el usuario que encontramos en el mercado:
1) Se crean aplicaciones plenamente funcionales, a menudo muy útiles, pero difícilmente usables. Si estas aplicaciones, por la naturaleza de su funcionalidad, son muy técnicas y el usuario final es un usuario experto, no suele resultar un problema determinante para su fracaso, el mayor problema lo tienen las aplicaciones generalistas de bajo presupuesto sobre las que no se puede llevar a cabo una gran refactorización.
2) Las pequeñas aplicaciones en proceso de desarrollo suelen tener también el mismo problema, abocando su destino a un éxito prematuro que les asegure estabilidad económica para poder añadir al equipo nuevos perfiles transversales que aseguren la usabilidad en su expansión.
3) En esta tesis se pretende proponer una solución que mediante mecanismos automáticos ayude a mantener la usabilidad en las pequeñas aplicaciones (1), que sea fácilmente adaptable tanto para aplicaciones en desarrollo como para aquellas que se encuentren ya en fase de mantenimiento (2) y por otra parte plantear una metodología ágil, que sea adaptable o complementaria a las actuales pero ofreciendo mecanismos de crecimiento que ayuden a mejorar la usabilidad (3). Para todo ello se han diseñado los Entornos de Interfaces Adaptativos, un paradigma de definición de interfaces que aboga por la auto re-estructuración en función del uso.
Los funcionalidad básica de los Entornos de Interfaces Adaptativos está orientada a reelaborar la interfaz mediante un procesado continuo de la información de interacción del usuario, de tal forma que la interfaz se ajuste a la forma de utilización y monitorización propia de cada usuario. También puede servir para crear versiones de aplicaciones más adaptadas a segmentos de usuario heterogéneos. Además su uso combinado a un desarrollo guiado por flags presenta una mejora en el proceso de desarrollo dando más flexibilidad a la inclusión de nuevas funcionalidades, tanto en arquitecturas horizontales como verticales, manteniendo beneficios como compartimentación del código y aportando mayor flexibilidad en despliegues y aislamiento de errores.
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