La literatura tiene demostrado la transmisión intergeneracional de los estilos parentales y del apego. Sin embargo, existe poca literatura sobre la transmisión de la tolerancia a la frustración y la transmisión intergeneracional de éstas tres dimensiones en familias con más de 2 generaciones. En nuestro estudio contamos con información sobre el estilo parental de tres generaciones (G1: abuelos/as; G2: padres/madres; G3: hijos/as) y sobre el apego y la tolerancia a la frustración de dos (G2 y G3). El objetivo fue evaluar la transmisión intergeneracional de las diferentes dimensiones: estilos parentales, apego y tolerancia a la frustración. Participaran en ésta investigación 148 familias en total (145 madres, 119 padres y 148 niños en edad escolar: 6-12 años). El protocolo de investigación consistió en pruebas de estilos parentales (EMBU-M, EMBU-P Y EMBU-C), de apego (EVA y KSS), de Tolerancia a la Frustración (Test de Tolerancia a la Frustración de Rosenzweig para Adultos y para Niños) y una Prueba de Deseabilidad Social (EDS- 20, aplicada apenas a los padres/ madres). Los resultados sugieren que hay una tendencia de transmisión de todas las variables, aunque la transmisión sea más fuerte entre G1 y G2, como muestra la literatura actual. Por otro lado, verificamos también que la crianza actual más cálida y con menos control parece que no da seguridad y sentimiento de protección a los niños. Estos resultados dan robustez a la idea de que el controle es tan necesario en la crianza como la calidez y sin control existe el riesgo de que tengamos generaciones inmaduras, inseguras y tiranas. El presente estudio permite subrayar la importancia de la presencia firme y adecuada de los padres/ madres en la crianza, así como de la existencia de programas educativos que tengan un buen equilibrio entre calidez y control. En síntesis, recomendamos con fuerza el mayor uso del estilo educativo autoritativo en la crianza.
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