El suministro eléctrico actual depende principalmente de grandes plantas generadoras, como las termoeléctricas que queman combustibles fósiles, hidroeléctricas o centrales nucleares. Tradicionalmente, la estrategia de control de los operadores de Redes de Transporte y Distribución es aprovechar la naturaleza controlable de estas plantas para adaptarse al lado más inflexible e incontrolable de la demanda, sin embargo, la conciencia ambiental y el uso creciente de fuentes de energía renovables como la eólica y la solar están cambiando esta estrategia debido a que la disponibilidad de estas nuevas tecnologías es menos controlable y previsible.
Este aspecto, unido a las tradicionales demandas de crecimiento exigidas a las Redes de Distribución, que no siempre pueden ser satisfechas, traen consigo una problemática que afecta de manera especial a las Empresas de Distribución que llevan años intentando solventar.
Una de las soluciones a esta problemática (gracias a los avances en electrónica de potencia) es la inserción de enlaces en continua, los cuales gracias a sus mejores prestaciones en cuanto a controlabilidad de potencia activa y reactiva de forma independiente y a una mejor gestión de las alimentaciones a cortocircuitos mejoran otras opciones como; uso de baterías de condensadores, transformadores reguladores bajo carga, baterías de almacenamiento, uso de volantes de inercia, baterías de almacenamiento y algunos dispositivos tipo FACTS.
Dentro de esta solución, un aspecto no suficientemente tratado hoy en día es la determinación de la mejor ubicación de estos enlaces, ya que no se plantea la sustitución de los enlaces de corriente alterna por enlaces en continua, sino la integración de éstos para mejorar la operabilidad de las redes. Este trabajo de tesis pretende dar una solución a esta cuestión mediante el empleo de una técnica metaheurística.
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