Las reacciones alérgicas durante la anestesia constituyen una preocupación para los anestesiólogos, ya que somos los profesionales con mayor riesgo de provocar una reacción adversa debido a la administración intravenosa y en un corto período de tiempo de un gran número de fármacos. La frecuencia real de reacciones alérgicas graves durante la anestesia es desconocida y se situa entre 1/4.000 y 1/23.000 anestesias, con una mortalidad del 3 al 10%.
Las sustancias más frecuentemente implicadas son los relajantes neuromusculares (succinilcolina, rocuronio y atracurio) seguidos por látex y antibióticos, siendo muy infrecuentes las reacciones alérgicas ocasionadas por los anestésicos locales.
El diagnóstico de una reacción alérgica ha de realizarse con criterios clínicos y de laboratorio (triptasa sérica y metilhistamina en orina) y posteriormente debe realizarse un estudio retardado mediante pruebas cutáneas (prick-test) a las 4-6 semanas posteriores a la reacción alérgica, dirigido a determinar el fármaco causante.
Nosotros planteamos un estudio observacional prospectivo realizado durante los años 2002 y 2003 en 897 pacientes para analizar mediante prick-test la prevalencia de pacientes sensibilizados a los fármacos utilizados durante las intervenciones quirúrgicas.
Los objetivos del estudio fueron conocer la prevalencia del prick-test positivo a fármacos, detectar que grupos farmacológicos presentan mayor prevalencia, analizar la influencia de los factores de riesgo en la presentación de prick-test positivos y establecer el nivel de concordancia entre los antecedentes de historia previa de reacción adversa a un fármaco y el resultado del prick-test específico a ese fármaco.
Resultados: el 51% de los pacientes presentaron un prick-test positivo.
El mayor porcentaje de pruebas cutáneas positivas lo representaron los antibióticos, seguido de los Aines y analizando los fármacos de uso fundamentalmen
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