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Resumen de Adaptaciones morfológicas del pie causadas por la práctica deportiva realizada con y sin calzado

Celso Sánchez Ramírez

  • El pie corresponde al único segmento corporal que tiene contacto con el suelo, convirtiéndose de esta manera en una palanca rígida transmisora de fuerzas y en una estructura flexible capaz de acomodarse a las irregularidades del terreno, contribuyendo con esto a la estabilidad de la marcha. Conocer su morfología permite aumentar el conocimiento que se tiene de su funcionamiento durante la práctica deportiva, siendo interesante además saber cómo se comporta el pie cuando se prescinde de calzado. El objetivo general de la presente Tesis Doctoral fue ampliar el conocimiento científico existente acerca de la morfología del pie de sujetos chilenos y el apoyo plantar en relación con la práctica deportiva a pie descalzo.

    En el Estudio I se realizó en una muestra de n=145 (19,36 ±1,76 años; 1,68 ±0,09 m y 67,04 ±12,00 kg). En el Estudio II se midió a 209 sujetos, cuya edad, estatura, peso e IMC fue de 20,4 ±3,4 años; 1,68 ±0,09 m; 67,6 ±12,4 kg y 23,77 ±3,0 kg·m-2, respectivamente. El Estudio III fue llevado a cabo en una muestra de 169 sujetos deportistas universitarios de selección de 23,27 ±4,03 años; 71,00 ±13,00 kg; 1,71 ±0,09 m e IMC de 24,29 ±3,24 kg·m-2. El Estudio IV se llevó a cabo en una muestra de 42 sujetos de ambos sexos (20,74 ±2,73 años; 71,47 ±8,78 kg; 1,72 ±0,07 m y 24,23 ±2,42 kg·m-2 de IMC), quienes fueron divididos en Shod Group (SHGr) (n=20) y Barefoot Group (BFGr) (n=22). Por otra parte, el Estudio V se realizó con 29 sujetos de 20,0 ±1,5 años; 71,1 ±10,5 kg; 1,72 ± 0,07 m e IMC de 24,1 ± 2,5 kg·m-2, divididos en SHGr (n=12) y BFGr (n=17). En el Estudio VI la muestra se conformó por 28 sujetos de 20,0 ±1,5 años; 70,9 ±10,4 kg; 1,7 ±0,1 m e IMC de 24,1 ±2,5 kg·m-², divididos en dos grupos, SHGr (n=12) y BFGr (n=16). La morfología del pie fue evaluada a través de antropometría directa (Estudios III, IV y V), del estudio de la huella plantar, obtenida desde fotopodoscopía (Estudios I, II y III) y desde baropodoscopía (Estudios IV, V y VI), método que permitió obtener registro de presiones y superficies de apoyo en estática y dinámica. La determinación del arco plantar a través del estudio de la huella plantar se analizó empleando el índice de Hernández Corvo (IHC) (Estudio I) y el Arch Index (AI) (Estudios I, II, III, IV, V y VI).

    Hubo diferencias significativas entre AI e IHC en los resultados y clasificación del arco plantar (Estudio I). En el Estudio II, se encontró que los hombres presentaron mayor prevalencia de pie plano y que hubo correlación positiva entre AI e IMC en ambos sexos. Se reportó que alrededor de un tercio de la muestra presentaron asimetrías en el arco plantar. Del Estudio III se obtuvo que AI de mujeres presenta valores similares a otros trabajos, ubicados entre 0,13 y 0,24 para pie izquierdo y 0,17 y 0,24 para pie derecho. Se aprecia que la prevalencia de pies planos fue mayor en hombres y la prevalencia de pies cavos fue mayor en mujeres. Se establecen valores normativos de proporciones corporales del pie. En el Estudio IV, el pie no dominante del BFGr disminuyó la altura de su arco plantar, además, la carrera descalza produjo en el pie no dominante menores aumentos en los valores de presión plantar y menores disminuciones en la superficie de apoyo plantar que el correr con calzado. En el Estudio V, el no uso de calzado produjo efectos significativos sobre todas las variables. La superficie máxima del apoyo aumentó luego del protocolo de efecto agudo y crónico en BFGr. El porcentaje de sujetos con pie normal aumentó en BFGr y con pie plano aumentó en SGr. En el Estudio VI no se observaron asimetrías entre pies y no se observaron cambios significativos luego del protocolo de efecto agudo en ninguna variable. Por el contrario, el no uso de calzado produjo efectos significativos en todas las variables, pero sólo en la evaluación de efecto crónico. La superficie de apoyo plantar dinámico aumentó en ambos grupos, pero en BFGr el aumento fue significativamente mayor. La presión máxima del apoyo disminuyó significativamente en BFGr.

    El IHC y el AI demostraron ser métodos distintos, pero AI se sugiere emplear por su consistencia al utilizar áreas de apoyo plantar y al excluir el área de apoyo de los dedos. Se demostró dimorfismo sexual en la antropometría del pie. Asimismo, fue posible concluir que las modificaciones morfológicas del pie y del apoyo plantar se producen principalmente luego de un período de adaptación a la carrera a pie descalza de ocho semanas.


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