Para mantener un adecuado estado de salud y evitar diversas patologías entre las que se encuentra el síndrome metabólico, es necesario mantener unos hábitos de vida y nutricionales adecuados, entre los que se encuentran la ingesta de una adecuada cantidad de fruta y verdura y los compuestos fenólicos que éstas contienen en una amplia variedad y un patrón dietético acorde como es la dieta mediterránea.
Además de estas enfermedades citadas anteriormente, existen otras que afectan a la cognición, asociadas a personas de edad avanzada y que suponen un incremento notable en los últimos años debido a varios factores.
Los polifenoles basan su mecanismo de acción en reducir la actividad oxidante e inflamatoria, ejerciendo efecto neutralizante de especies reactivas de oxígeno, disminuyendo el estrés oxidativo. Esta acción depende de la cantidad y el periodo de consumo y es especialmente importante en cerebro, teniendo una función neuroprotectora, y sobre todo en personas con patologías inflamatorias crónicas.
Existen diversos test consensuados por la comunidad científica para evidenciar determinadas declaraciones saludables de alimentos sobre funciones cognitivas, como la atención o la memoria y que se emplean en estudios de intervención para evaluar efectos de polifenoles en niños y adultos entre los que se encuentran el Test de Stroop, RVIP, RAVLT, TMT, TESEN, RIAS y RIST.
Diversos estudios han demostrado que el consumo de flavonoides disminuye las tasas de demencia en edad avanzada y que por tanto la dieta tiene un impacto importante en enfermedades neurodegenerativas, constituyendo la fruta y verdura en una nueva generación de tratamientos a través de la alimentación.
Aunque no existe tanta evidencia científica en población sana no anciana, se ha puesto de manifiesto por diversos autores, como hábitos de vida no saludables tienen un impacto negativo en la cognición o como el consumo de fruta y verdura reduce los índices de depresión o mejora el estado de ánimo.
Los flavonoides actúan incrementando el flujo sanguíneo cerebral, mejorando la plasticidad sináptica y por tanto la capacidad cognitiva.
Los complementos alimenticios con alta biodisponibilidad pueden suponer un medio de que la población consuma la cantidad de estos compuestos bioactivos tan necesarios para la salud.
Para evaluar el daño oxidativo y el impacto de los compuestos polifenólicos en la salud, se emplean diversos marcadores biológicos como son el análisis de los niveles de vitaminas, homocisteína, diversos marcadores de estrés oxidativo, inmunoglobulinas como marcadores del estado inmunitario, hormonas tiroideas y catecolaminas.
Objetivos: El objetivo principal de esta tesis es evaluar la eficacia de un extracto a base de frutas y verduras frente a un placebo en la función cognitiva y su relación con determinados marcadores biológicos y la capacidad cognitiva en voluntarios sanos, concretamente sobre la memoria, la función ejecutiva, la atención sostenida, y su relación con determinados marcadores plasmáticos de estrés oxidativo, neurotransmisores, vitaminas, homocisteína, hormonas tiroideas e IgA.
Resultados: Se realizó una selección de voluntarios (n=117), comprobando mediante entrevista que cumplían los criterios de inclusión (n=108). Los sujetos que finalizaron el estudio (n=92), fueron asignados a un grupo de manera aleatoria y consumieron alternativamente en el primer periodo o en el segundo una mezcla homogeneizada de zumo y pulpas deshidratadas de bayas, frutas y verduras en proporciones variables o un placebo, en la misma presentación que el producto, durante 16 semanas continuadas tras otro periodo de 16 semanas con un intervalo de 4 semanas de lavado entre ellas.
Al inicio y final de cada fase, los sujetos fueron sometidos a extracciones sanguíneas para la determinación de los marcadores plasmáticos a estudio y la realización de los test cognitivos Stroop, TESEN y RIST.
Al comparar los resultados de las puntuaciones de todas las variables de los test cognitivos entre valores iniciales y finales se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el producto y no así para placebo. Estas diferencias también lo fueron entre grupos producto y placebo.
En cuanto a los marcadores plasmáticos, hay diferencias estadísticamente significativas en marcadores de estrés oxidativo, homocisteína y en catecolaminas relacionadas con la función cognitiva, pero por el contrario no existen tales diferencias en cuanto a niveles de vitaminas, IgA o en hormonas tiroideas.
Cuando la comparativa se realizó entre sexos, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en ningún caso.
El consumo del producto a estudio mejora la función ejecutiva y la memoria a corto plazo ya sea verbal o no verbal. No se experimentan cambios en los niveles de IgA plasmática que se traduzca en una mejora de la inmunidad y una mayor concentración de vitaminas en el producto a estudio no se traduce en una mayor concentración plasmática.
El consumo del producto a estudio reduce la homocisteinemia, reduciendo así el riesgo de padecer enfermedades isquémicas y otros accidentes cardiovasculares, así como marcadores de estrés oxidativo. No se observa una relación directa entre el consumo de producto y los niveles de hormonas tiroideas en el organismo. Los niveles de catecolaminas, especialmente dopamina cuando se consume producto, muestran un efecto de clara mejora de las funciones cognitivas, especialmente la atención y otras funciones ejecutivas correlacionadas con los resultados de los test anteriormente descritos.
Conclusiones: El producto a estudio puede suponer un sistema alternativo en la prevención mediante el consumo de fruta y verdura en población joven del deterioro cognitivo normal provocado por la edad y signos de envejecimiento celular en asociación con un adecuado estilo de vida además de una mejora de las funciones cognitivas (memoria inmediata y de trabajo, atención sostenida y selectiva).
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados