INTRODUCCIÓN Los catéteres venosos centrales de inserción periférica (PICC) son comúnmente utilizados en el ámbito sanitario proporcionando un acceso venoso seguro. Además de su utilidad, el PICC se asocia con varias complicaciones, que deben detectarse para reducir el coste en la atención médica y disminuir la morbimortalidad asociada. El propósito de este trabajo es analizar las diferencias entre las complicaciones que aparecen en pacientes portadores de PICC hospitalizados o ambulatorios. De forma secundaria se analizó la diferencia de uso de estos dispositivos y el grado de satisfacción de los mismos en función de su ámbito de implantación. MÉTODOS Se trata de un estudio observacional, analítico y retrospectivo en el que se incluyen todos los pacientes a los que se les implantó un catéter PICC, en el AGS Sur de Sevilla (Hospital Universitario Virgen de Valme) entre el día 1 enero de 2013 y 31 diciembre de 2016. Se recogieron variables demográficas, procedencia del paciente, enfermedad de base, uso del PICC, características del catéter, complicaciones durante su inserción y durante su uso, duración del catéter, motivo de retirada y valoración del paciente mediante encuesta telefónica. RESULTADOS Durante el periodo de recogida de datos, un total de 1300 pacientes reunieron los criterios de inclusión, de éstos 737 (56.7%) eran pacientes hospitalizados y 563 (43.3%) eran pacientes ambulatorios. La mediana de edad fue de 64 (52;72) años en hospitalizados y 58 (48;67) años en domicilio. En los pacientes ambulatorios predominaba el sexo femenino con un 58.1% y en los hospitalizados el masculino con un 55% (p<0.0001). Los catéteres de pacientes hospitalizados fueron solicitados principalmente por el Servicio de Medicina Interna (61.5%) y por el Servicio de Oncohematología (95.9%) para los catéteres de pacientes ambulatorios (p< 0.0001). El uso de los catéteres fue para quimioterapia (93.4%) en los pacientes ambulatorios y para nutrición parenteral (37%) y otros productos de infusión (40.3%) en pacientes hospitalizados (p<0.0001). Los pacientes ambulatorios tenían en su mayoría un diagnóstico de tumor sólido (84.9%) mientras que los pacientes hospitalizados sufrían patologías diversas (p<0.0001). Se implantaron principalmente catéteres de una luz en los pacientes de domicilio (94%) y de dos luces (84.8%) en los hospitalizados (p<0.0001), en ambos casos en la vena basílica (>85 % de los casos) del brazo izquierdo (>80%). No existió ninguna complicación durante la implantación en más del 95% de los casos. La tasa de bacteriemia relacionada con el catéter (BRC) en pacientes hospitalizados fue del 0.72/1000 días de catéter y en pacientes ambulatorios de 0.09/1000 días de catéter (p<0.005). El número de luces del catéter y el uso de PICC para nutrición parenteral se relacionaron con la aparición de BRC (p<0.001). La incidencia de Trombosis Venosa Profunda (TVP) fue del 0.9 % en pacientes hospitalizados y del 3.2% en pacientes ambulatorios (p<0.005), y por tanto mayor en los catéteres de una luz (3.2%) (p<0.01). El tiempo hasta la aparición de la TVP según procedencia, no fue significativa, siendo similar en cualquier punto del tiempo en ambos grupos de estudio, sin embargo, la BRC apareció antes en el grupo de hospitalización, alcanzando resultados estadísticamente significativos (p<0.0001). Los catéteres tuvieron una mediana de duración de 27 (12;82) días en los hospitalizados y 164 (112;273) días en pacientes ambulatorios (p<0.0001). En ambos grupos, el motivo de retirada más frecuente fue la finalización del tratamiento. El grado de satisfacción de los pacientes con respecto al uso del PICC fue de excelente en más del 80% de los casos tanto en el ámbito hospitalario como ambulatorio. CONCLUSIONES En los resultados de este estudio se aprecia que en los pacientes hospitalizados con PICC la complicación mas frecuente fue la BRC, mientras que en los pacientes ambulatorios fue la TVP. La mayoría de los PICC de domicilio fueron implantados en pacientes con diagnóstico de tumor sólido para tratamiento con QT, de una luz y estuvieron colocados durante más tiempo. A diferencia de los PICC de uso hospitalario que fueron implantados en pacientes con patologías diversas, con mal acceso periférico, para uso de medicación intravenosa y de dos luces. La mayoría se insertaron sin complicaciones y además poseen una excelente valoración del por parte de los usuarios.
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