Categorizar o clasificar implica hacer equivalentes estímulos diferentes, agrupándolos en clases o categorías (Bruner, Goodnow y Austin, 1956; Zentall, Galizio y Critchfield, 2002). Las categorías se definen como conjuntos de estímulos que quedan agrupados bajo control de una función común, ya sea en base a una propiedad física (p.ej. la categoría “cosas redondas”) o una propiedad funcional (p.ej. la categoría “cosas para ascender en el trabajo” como ser puntual, creativo o trabajar en equipo) (Hajibayova, 2013; Mervis y Rosch, 1981; Roach y Lloyd, 1978; Zentall et al., 2002). Un tipo especial de categorización es la denominada clasificación jerárquica (Barsalou, Simmons, Barbey y Wilson, 2003) o categorización jerárquica (Medin y Rips, 2005). Este tipo de categorización consiste en agrupar categorías de estímulos distintas como miembros de categorías más grandes y más genéricas (Deneault, 2003; Greene, 1994; Griffee y Dougher, 2002). Desde la Teoría del Marco Relacional (TMR; Hayes, Barnes-Holmes y Roche, 2001), la categorización jerárquica es un tipo de marco relacional. Al igual que con otros modos de enmarcar, la formación de las claves jerárquicas parece ser el resultado de un entrenamiento en múltiples ejemplos (MET) de relaciones no arbitrarias bajo control de claves relacionales (p.ej. las palabras “inclusión” y “pertenencia”). En términos de la TMR, parece que probablemente, de lo que está hecho el repertorio jerárquico, es de repertorios más simples (precursores) como la coordinación, distinción, oposición, comparación, relaciones espaciales o las partes-todo. Las características que definen el marco jerárquico son, al igual que en otras operantes relacionales, el vínculo mutuo, vínculo combinatorio y transformación de funciones (Hayes et al., 2001; Luciano et al., 2009; Wilson y Luciano, 2002).
El repertorio de clasificación jerárquica ha generado una creciente contribución al estudio de dominios humanos más complejos, como la formación del yo, valores (Ergen, 2015; Luciano, 2017; Luciano, Valdivia-Salas, Cabello-Luque y Hernández, 2009; Luciano y Valdivia-Salas, 2006), la comprensión de metáforas (Gibbs, 1992; Kennedy y Chiappe, 1999) o la organización de los contenidos del yo (Gil-Luciano, Calderón-Hurtado, Tovar, Sebastián y Ruiz, 2019). Del mismo modo, en los últimos años ha demostrado que juega un papel fundamental en la intervención clínica (Foody, Barnes-Holmes, Barnes-Holmes y Luciano, 2013; Foody, Barnes-Holmes, Barnes-Holmes, Rai y Luciano, 2015; Gil-Luciano, Ruiz, Valdivia-Salas y Suárez-Falcón, 2017; Lopez-Lopez y Luciano, 2017; Luciano, 2017; Luciano et al., 2011; Törneke, Luciano, Barnes‐Holmes y Bond, 2015).
Dada la importancia del repertorio de categorización jerárquica, la presente tesis doctoral pretende desarrollar un procedimiento para formar la clave relacional de inclusión y aislar el tipo de relaciones que facilitan su establecimiento. Para tal propósito, este manuscrito se compone de cinco capítulos. En el Capítulo 1 se presenta una revisión sistemática de los procedimientos que se han utilizado hasta la fecha para entrenar y evaluar el repertorio jerárquico. En los Capítulos 2, 3 y 4 se describen los tres estudios experimentales. Por último, en el Capítulo 5 se presentan las principales contribuciones que se derivan de la tesis.
La revisión sistemática permitió concluir que la mayor parte de los estudios realizados hasta la fecha estaban dirigidos a evaluar el repertorio jerárquico, y en menor medida a desarrollar procedimientos integrales que mostrasen la formación de la función de inclusión. Un escaso número de estudios han avanzado en esta última dirección, es decir, en el análisis de las condiciones que permiten del desarrollo de este repertorio (Gil et al., 2012, 2014; Slattery & Stewart, 2014; Stewart et al., 2018; Ming et al., 2017). Todos han identificado limitaciones a este respecto y han reclamado mejoras en los diseños experimentales para mostrar la transformación de funciones jerárquica, especialmente, vía vínculo combinatorio que es la determinante para demostrar la función de inclusión.
El primer estudio de esta tesis surge de esta demanda y es el primero en analizar el tipo de relaciones que pueden estar a la base de la formación de la clave de inclusión y, en mostrar la transformación de funciones vía vínculo combinatorio y las relaciones jerárquicas derivadas. Se diseñaron dos protocolos, formados por varias Cfunc, correspondientes a funciones identificadas en la literatura como posibles precursoras o componentes de la inclusión. En uno (protocolo INC), se estableció la clave “inclusión” utlizando relaciones basadas en distinción y propiedades comunes y, en el otro (protocolo IGU), se estableció la clave “igual” utilizando relaciones de identidad. Una vez establecidas las claves relacionales, y siguiendo la lógica experimental de estudios previos, estas se utilizaron para establecer dos redes, una con la clave “inclusión” y otra con la clave “igual”. En ambas redes se establecieron funciones y se testaron las características que definen el marco jerárquico (vínculo muto, vínculo combinatorio y transformación de funciones de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba). Un objetivo secundario del estudio fue aislar si el orden de presentación de los estímulos afectaba a la ejecución en el test de transformación de funciones. Para este segundo propósito, la presentación de los estímulos en el test varió de unos participantes a otros, comenzando el test por los miembros de los niveles inferiores de las dos redes entrenadas (donw-top) o por los miembros de los niveles superiores (top-down).
Los resultados mostraron la transformación de funciones vía vínculo combinatorio de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba en 7 de un total de 18 participantes, en la red formada con la clave “inclusión” basada en relaciones de distinción y propiedades comunes. En concreto, 4 de los participantes que mostraron la tranformación pertenecían a la condición top-down y 3 a la condición down-top. Esta transformación fue corroborada en el test de saliencia de funciones en el que los participantes siempre indicaron que la función dominante de la red era la correspondiente a S y las funciones dominantes de las redes inferiores eran las relativas a S1 o S2. En el test de representación gráfica de la red siempre situaron en una posición superior estas funciones sobre las de S1.1, S1.2, S2.1 o S2.2. Todas estas respuestas significan que la función establecida a S se transfirió de arriba hacia abajo a todos los miembros de la red y, todas las funciones de los miembros incluidos en S se transfirieron de abajo hacia arriba, aunque sin estar al mismo nivel. Por ejemplo, si imaginamos que S hace referencia a una clase de orden superior como podría ser “animal”, cuya principal característica es respirar. Esta característica se encontró en todos sus miembros de clases de orden inferior (p.ej., “vertebrado” (S1), “invertebrado” (S2), “perro” (S1.1), “ballena” (S1.2), “pulpo” (S2.1) y “oruga” (S2.2)). A su vez, el elemento superior “animal” incluyó las características de todos los miembros que pertenecían a ella (p. ej., tener rabo =girar (S1.1), espiráculos = cambio de color (S1.2), tentáculos = persiana (S2.1), etc.), pero estas características no fueron compartidas por todos los miembros, es decir, no todos los “animales” tienen rabo, sino que sólo algunos de ellos lo tenían (es decir, no todos los miembros de S giraban, sólo lo hacían los S1.1), en línea con estudios previos (p. ej., Murphy, 2002; Gil et al., 2014).
En resumen, el primer estudio de la tesis avanza en la identificación del tipo de relaciones entre estímulos que facilitan el desarrollo de la inclusión y muestra la transformación de funciones jerárquica vía vínculo combinatorio de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Sin embargo, el número de participantes que muestran la transformación fue escaso, indicando limitaciones en el protocolo. Por ello, se optimizó el procedimiento de entrenamiento en el Estudio 2.
Los resultados del Estudio 2 mostraron, con mayor rotundidad y claridad, la transformación de funciones vía vínculo combinatorio y las relaciones jerárquicas derivadas en la red formada con la clave basada en la inclusión de elementos distintos y propiedades comunes. En concreto, 15 de los 28 participantes mostraron la transformación completa combinatoria de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, 3 mostraron únicamente la transformación de abajo hacia arriba y 1 de arriba hacia abajo. De los 15 participantes que mostraron la transformación combinatoria en ambas direcciones, 9 pertenecían a la condición down-top y 6 a top-down. El test de saliencia de las funciones confirmó la transformación jerárquica, ya que prácticamente todos los participantes siempre indicaron que la función dominate de la red era la correspondiente a S y las funciones dominantes de las redes inferiores eran las relativas a S1 o S2. En la representación gráfica, siempre situaron en una posición superior las funciones S, S1 y S2 sobre las de S1.1, S1.2, S2.1 o S2.2, y S sobre S1 y S2. Por tanto, el Estudio 2 proveyó evidencia de la eficacia del Protocolo INC en la formación de la clave relacional “inclusión”, demostrando las tres características que la definen (vínculo mutuo, combinatorio y transformación de funciones). Sin embargo, los resultados con el Protocolo IGU fueron radicalmente opuestos, las relaciones de idéntidad entre los estímulos no establecieron la función de “inclusión”, transfiriendose la función de igualdad a todos los miembros de la red.
El análisis funcional de los elementos que podrían estar involucrados en la formación de la operante jerárquica ha sido analizado en la presente tesis en términos de claves funcionales (Cfunc) dirigidas a generar inclusión. Para tal fin, en el Estudio 3 se generaron cuatro condiciones experimentales a ser contrastadas con los resultados de la condición down-top del Estudio 2. Este estudio es el primero en aislar algunos de los componentes fundamentales para la formación de la clave “inclusión”. Los resultados mostraron que la función esencial para la emergencia de la respuesta jerárquica es la función de inclusión (Cfunc5, estímulos que conservan su función previa y adquieren la función del elemento que los agrupa). Sin embargo, como indicamos previamente, es probablemente una función asentada en otros repertorios más básicos que habría que discernir con más precisión. El papel que juega la función espacial (cFunc4) no ha posido ser aislada completamente, ya que en todo momento los participantes estaban agrupando los estímulos espacialmente “dentro” o “fuera” de algo. Esta función posiblemente sea la más difícil de aislar, debido a que en el momento en el que se agrupan estímulos, lo hacen en un espacio, siendo esta la historia que portan los participantes. Sin embargo, los resultados de este estudio han mostrado que agrupar los estímulos “dentro” de un elemento facilita la inclusión en mayor medida que una agrupación “fuera”. Por último, los resultados respecto a la importancia de las Cfun1 y Cfunc2 no son concluyentes, aunque dificilmente se establezca la función de relacionar estímulos distintos que no pierden su función y adquieren una más relevante, sin un entrenamiento previo en igualdad y propiedades comunes.
Finalmente, se discuten las contribuciones e implicaciones teóricas y aplicadas de los resultados obtenidos, las limitaciones y las nuevas direcciones que se abren para la investigación futura.
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