Los ayuntamientos del Antiguo Régimen eran entidades basadas en el privilegio y en las particularidades y gobernados por personajes que accedían a sus cargos por compra o por herencia y podían ejercerlos a perpetuidad. Sin embargo, durante el siglo XIX, España suprimió estas estructuras y fue construyento los nuevos pilares sobre los que se sustentaría el Estado moderno. Paralelamente y dentro del nuevo marco legislativo, el Ayuntamiento de Madrid, fue creando su estructura administrativa de oficinas y personal y su forma de gobierno.
Madrid era, entonces, una gran urbe en continuo crecimiento y un importante foco de atracción de población foránea. A su condición de capital del reino, se sumaba su situación de centro geográfico peninsular y la de ser un importante nudo de comunicaciones. Por ello, el estudio de su constitución como un ayuntamiento moderno que diese respuesta a las crecientes demandas de la gran ciudad, es un ejemplo válido o imprescindible. Por último, este estudio aquí realizado, debido a las características de la ciudad antes señaladas y al método de investigación utilizado, es un modelo válido y extrapolable para el estudio de este proceso en otros municipios y un mejor conocimiento de la administración local.
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