Francisco Javier Moreno Fuentes
El asentamiento de poblaciones de origen inmigrante de Europa Occidental durante las últimas décadas ha planteado una serie de importantes retos a las sociedades de acogida. El ámbito sanitario no ha permanecido ajeno a estos procesos en la medida en que los servicios sanitarios públicos han debido adaptarse al perfil de una población cambiante. Dichas adaptaciones pueden ser divididas en dos ámbitos de actuación claramente diferenciados: el planteamiento de las cuestiones relativas al acceso de los recién llegados a la atención sanitaria (idealmente en igualdad de condiciones que la población autóctona), y las consideraciones en torno al modo de responder a las necesidades (lingüísticas, culturales, epidemiológicas, etc) de dichos colectivos.
Pese a compartir a grandes rasgos la secuenciación de planteamientos que se deriva de la anterior categorización, los sistemas sanitarios públicos de los distintos estados han respondido a dichos retos de modo claramente diferenciado. Mientras en algunos países se planteaba ya a finales de los 1970s la conveniencia de modificar el funcionamiento de los esquemas de provisión de servicios sanitarios para adaptarlos a las necesidades específicas de las nuevas poblaciones; en otros se garantizaba el acceso a las prestaciones del sistema sanitario público a todos (independientemente de su nacionalidad y de sus estatus jurídico) tan solo a finales de la década de los 1990s.
En esta teis repasamos la evolución de las políticas sanitarias del Reino Unido, Francia y España en su relación con las poblaciones de origen inmigrante, analizando comparativamente los condicionamientos que les han dado forma.
Esta tesis constribuye por una parte a vincular los debates sobre la naturaleza y evolución de las estructuras de protección social incluidas bajo el epígrafe de Estado de Bienestar, con las reflexiones en torno a la definición de conceptos como los de ""ciudadanía"", ""comunidad n
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