Puede afirmarse que la conservación y recuperación de los bosques primarios dependerá, en gran medida, del binomio que forman las plantaciones y la industria de primera transformación.
Las plantaciones, por sí mismas, no son ni buenas ni malas. La cualidad que las definirá será la administración que se haga de tales recursos. Por lo tanto, la gestión racional, denominada también con el término sostenible y otras expresiones equivalentes, proporciona efectos beneficiosos a los bosques primarios. Además, hay que tener en cuenta que las plantaciones nunca deberían ser llevadas a cabo en lugares donde se hallen bosques primarios.
La relevancia de la industria de primera transformación queda patente al observar la cantidad de objetos necesarios para la vida cotidiana de una persona que son hechos con materia prima extraída de las plantaciones como cualquier objeto de papel, tableros, etc. En este sentido, cabe hacer una reflexión sobre las consecuencias negativas para los bosques que supondría disfrutar de tales bienes sin la existencia de las plantaciones y sin la manufactura de la industria de primera transformación.
Además, la existencia de esta industria y su evolución han sido posibles gracias a la investigación que ha ido diseñando nuevos productos y ha innovado la forma de obtener nuevos bienes aprovechando la madera, o los restos de ella, provenientes de las plantaciones. Recuérdese que la industria de primera transformación ha estado vinculada a los sectores más vanguardistas de la industria como el del automóvil o el aeronáutico, entre otros. Todas estas circunstancias hacen que la vida diaria del hombre esté más próxima al mundo de la madera de lo que cada individuo pudiera llegar a pensar.
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