La "nueva inmigración" se produce en un entorno socioeconómico en plena transferencia, insertándose en un sector productivo ávido de nuevos recursos humanos explotables y en proceso de expansión.
A finales de la década de los noventa, la información marroquí se encuentra asentada en El Ejido, desarrollando sus propias pautas de interacción grupal y construyendo sus propios espacios públicos de sociabilidad, con sus propias manifestaciones culturales y costumbres tradicionales adaptadas al nuevo entorno en la inmigración. La presencia y permanencia de colectivos culturalmente diferenciados ha hecho de El Ejido una sociedad multicultural, aunque por su peculiar trayectoria social, económica y política, se trata de una sociedad con procesos de segregación étnica hacia las minorías, y la estigmatización de los colectivos magrebíes.
El colectivo marroquí, a través de sus propias redes sociales, desarrolla sus estrategias individuales de emigración y de inserción social en El Ejido. Las diferencias en cuanto a las estrategias y el significado de la emigración entre los géneros da lugar a proceso migratorios diferenciados.
El análisis de las redes sociales de las mujeres en el proceso migratorio que desarrollan ha revelado la importancia de éstas en el entramado social a nivel familiar y endogrupal, desarrollando redes sociales más extensas que las de los hombres.
Las diferencias étnicas existentes en el colectivo marroquí dejan su impronta en las redes sociales grupales, y en los procesos de construcción del espacio, siendo un factor de gran influencia en el establecimiento de relaciones en los distintos ámbitos de interacción social.
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