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Resumen de Los discursos de guerra santa y la memoria de las primeras batallas del Islam.: Al-Andalus ss. X-XIII

Javier Albarrán

  • Más allá de las imponentes murallas de Teodosio y a los pies de la colina donde se asienta el famoso café Pierre Loti, lugar desde donde se puede disfrutar de una de las mejores panorámicas del Cuerno de Oro, se encuentra uno de los rincones más sagrados de Estambul: la mezquita conocida como Eyüp Sultan. Este edificio, destino de peregrinación y templo elegido por miles de niños que, engalanados, celebran el rito de la circuncisión, fue ordenado construir por el sultán otomano Mehmet II para albergar la tumba atribuida a Abū Ayyūb al-Anṣārī (m. 674).

    Tras la caída de Constantinopla en el año 1453, en esta localización se “redescubrieron” los restos de este compañero del profeta Muḥammad, muerto y enterrado bajo las murallas de la capital bizantina durante el primer asedio islámico de la ciudad. De este modo, Mehmet vinculaba la urbe del Bósforo a la historia sagrada islámica, creando así un nexo de legitimación entre los primeros tiempos del islam y la conquista otomana. Asimismo, en este locus de memoria de la guerra santa y de los orígenes de la umma, era donde, significativamente, los sultanes turcos recibían la espada de Osmán (‘Uṯmān Gāzī, m. 1326), fundador de la dinastía, representando de ese modo la ascensión al poder, y bendecían sus armas ceremoniales antes de cada campaña militar.

    No es este el único lugar de Estambul donde el recuerdo del ŷihād y de las batallas de la naciente comunidad islámica se ponen de manifiesto a través de la evocación de los guerreros musulmanes que en ellas participaron, así como de los primitivos ataques a Constantinopla. En la conocida como Mezquita de los Árabes (Arap Çamii), en el barrio de Gálata, se halla una tumba atribuida a Maslama b. ‘Abd al-Mālik, comandante omeya que lideró el asedio a la urbe bizantina en el año 715. La tradición popular dice que él mismo fundó la mezquita y que desde allí se llamó por primera vez a la oración sobre Bizancio. Asimismo, entre Sultanahmet y Santa Sofía, justo al lado de la gran plaza formada por el antiguo hipódromo romano, se encuentra la supuesta tumba de ‘Abd al-Raḥmān al-Šāmī, quien fue el portaestandarte del propio Abū Ayyūb al-Anṣārī.

    En estos emplazamientos, particularmente en la mezquita de Eyüp Sultan, se entremezclan las dos cuestiones principales que ocupan esta tesis doctoral: la ideología de guerra santa y la memoria de las primeras batallas del islam. Los sultanes otomanos utilizaban el recuerdo –y el capital simbólico que este generaba– de uno de los protagonistas de la expansión islámica inaugural como parte de la puesta en escena de sus expediciones de ŷihād, y como marco en el que ritualizar la continuidad dinástica y su legitimidad.

    El presente trabajo de investigación examina cómo se desarrollaron y cómo se vincularon entre sí ambas partes de este binomio en al-Andalus; es decir, nuestro objetivo es estudiar el funcionamiento del discurso de guerra santa y su relación con la rememoración de las magāzī y de las futūḥ. Igualmente, analizaremos con especial interés cómo ŷihād y memoria conformaron una herramienta de poder fundamental, como también lo fue para los gobernantes otomanos. Por tanto, esta tesis doctoral, enmarcada dentro de los ámbitos del medievalismo y del conocimiento del Occidente islámico, pretende ser una modesta contribución a varios campos de debate de la labor historiográfica y de las ciencias humanas y sociales, como lo son los estudios sobre violencia religiosa –especialmente los centrados en la noción de guerra santa y de ŷihād–, sobre la configuración del poder y su legitimación, o los llamados memory studies.


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