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Resumen de Efectos de la radiacion ionizante sobre la glandula tiroides en pacientes con tumores de cabeza y cuello

José Ramón Alba García

  • INTRODUCCION Los tumores de cabeza y cuello representan entre el 0.5 al 3% del total de tumores del organismo. Afectan predominantemente al varón, relacionándose con hábitos tóxicos como alcohol y tabaco fundamentalmente.

    Con frecuencia la radioterapia forma parte del tratamiento, bien sea de forma complementaria a la cirugía (lo más frecuente), de forma exclusiva o asociada a la quimioterapia en los protocolos de conservación de órgano.

    A consecuencia de la aplicación de la radiación en los tumores de cabeza y cuello existe una alta tasa de hipotiroidismo radioinducido, tal como ha sido publicado en la literatura.

    MATERIAL Y METODO Se ha revisado un total de 307 pacientes diagnosticados de tumores de cabeza y cuello en el servicio de ORL del Hospital General Universitario de Valencia, 22 de los cuales han sido excluidos por distintos motivos.

    Se han recogido variables que caracterizan a la población (edad, sexo, enfermedades previas, hábitos tóxicos), al tumor (localización, anatomía patológica y estadiaje TNM), al tratamiento realizado (cirugía +/- radioterapia+/-quimioterapia, realización de cirugía laríngea, vaciamientos cervicales, traqueotomías, hemitiroidectomías, tipo de radioterapia, técnica de RT, partícula empleada, dosis y ritmo) y la aparición o no de complicaciones posteriores (faringostomas, infecciones cervicales, abscesos, osteorradionecrosis, segundos tumores, recidivas, metástasis) A los pacientes estudiados se les ha solicitado analíticas de forma periódica niveles de T4, TSH, autoanticuerpos antitiroideos y un perfil lipídico. Mediante el programa estadístico SPSS 12.0 se han analizado la posible relación entre las variables recogidas y las alteraciones analíticas.

    RESULTADOS Al analizar los 285 pacientes hemos visto que el factor determinante en la aparición del hipotiroidismo es el empleo de la radioterapia, por lo que el estudio se ha centrado en los 241 radiados, dejando al margen los 44 pacientes en los que la cirugía fue el único tratamiento.

    Entre la población radiada el 52,7% de los pacientes ha desarrollado hipotiroidismo (hipotiroidismo subclínico en el 71,7% de los casos). Las variables que se han visto relacionadas de forma estadísticamente significativa con su aparición son: la localización tumoral, la realización de cirugía laringea, los vaciamientos cervicales, la radioterapia sobre el cuello, la unidad de radioterapia (Cobalto o Acelerador lineal) y la partícula empleada (electrones con o sin fotones). Igualmente el desarrollo de complicaciones postoperatorias podrían predisponer a la aparición del hipotiroidismo. De entre todas éstas las más determinantes en la disfunción tiroidea son la cobaltoterapia y la cirugía laríngea.

    Respecto a la aparición de anticuerpos antitiroideos, sólo se han detectado en la población radiada, si bien su positividad no está relacionada desde el punto de vista estadístico con la aparición del hipotiroidismo. No obstante su positividad a partir del 6 mes puede ser factor predictivo de la disfunción tiroidea.

    El estudio de la dislipemia se ha realizado incluyendo a los 44 pacientes no radiados, ya que se ha detectado un alto índice de dislipemias en ambos grupos. Sólo el tipo de radiación, la técnica de radioterapia empleada y la localización del tumor en los pacientes operados está relacionado desde el punto de vista estadístico con la aparición de la alteración lipídica.

    DISCUSION - CONCLUSION La radiación ionizante genera cambios en el parénquima tiroideo, consistente en una fibrosis que afecta a la vascularización y a la propia glándula. Los cambios celulares suponen alteraciones que alteran el normal funcionamiento de la glándula manifestándose en la clínica con un hipotiroidismo. Se han descrito igualmente reacciones autoinmunes, con síntesis de auto-anticuerpos tiroideos, a consecuencia de la radioterapia cervical.

    La asociación de cirugía y radioterapia ofrece una tasa discretamente mayor de hipotiroidismo frente a la radioterapia aislada, atribuyéndose a que la cirugía supone una agresión sobre la glándula; la manipulación, ligaduras vasculares que pudieran afectar la vascularización tiroidea, complicaciones infecciosas. En la serie estudiada no hemos encontrado hipotiroidismo en los pacientes tratados con cirugía exclusiva, por lo que no consideramos que la agresión quirúrgica sea suficiente para mermar la función tiroidea. Igualmente la aparición de complicaciones postoperatorias pueden suponer un stress añadido a la glándula tiroidea que le predisponga a la hipofunción cuando es radiada.

    La cantidad de parénquima incluído en los campos de irradiación es determinante en la aparición del hipotiroidismo, por ello la localización laringea o faríngea del tumor, la radioterapia sobre las areas ganglionares cervicales,la cobaltoterapia y la combinación de fotones y electrones, condicionan un mayor tamaño del campo de irradiación suponiendo mayor volumen tiroideo incluído.

    La elevada incidencia de hipotiroidismo en los pacientes intervenidos de carcinoma de cabeza y cuello, en los que se complementa con radioterapia, hace necesario realizar determinaciones analíticas durante un largo periodo tras acabar el tratamiento, ya que los efectos de la radiación pueden manifestarse de forma tardía.


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