OBJETIVOS: 1-El estudio de la epidemiología y 2-caracterización clínica y pronóstico visual en los pacientes con uveítis relacionada con tuberculosis (URT). 3-Comparar las pruebas de PPD y QuantiFERON®-TB Gold (QFT) para apoyar el diagnóstico presuntivo de URT. 4-Diseñar un modelo de infección de epitelio pigmentario retiniano con M. tuberculosis complex para el estudio de la etiopatogenia de las URT.
MATERIAL Y MÉTODOS: Para el primer objetivo se diseñó un estudio epidemiológico de corte transversal desde 2009 a 2012. Para el objetivo 2 se realizó un estudio retrospectivo y comparativo de casos de URT desde 1997 a 2013, analizando variables demográficas y clínicas respecto a la agudeza visual (AV) final <0.5, < o = 0.1 y pérdida de 2 o más líneas Snellen. Para el objetivo 3 se diseñó un estudio prospectivo comparativo de cohortes desde 2009 a 2011. El objetivo 4 se estudió mediante infección de la línea ARPE-19 con bacilo de Calmette-Guerin (BCG) y la citotoxicidad, mediante ensayos WST-1 y CVDE. Las variables se compararon con pruebas estadísticas paramétricas y no paramétricas en función de su naturaleza y distribución. Para el objetivo 3 se aplicaron pruebas de clasificación binaria, coeficiente de concordancia k y curvas ROC. La significación estadística se asignó para un valor de p < o igual a 0.05.
RESULTADOS: Las URT representaron un 5% de las uveítis, con una mediana de edad de 38 (17-87) años y 53% de hombres. La frecuencia de bilateralidad fue del 66% y la forma anatómica más frecuente fue la posterior. Aunque la mayor parte de pacientes son autóctonos (61%), en los últimos años se incrementó el número de pacientes asiáticos en un 19.1%. La incidencia y prevalencia durante el período de estudio se estimó en 1.4/100.000/año y 7.6/100.000, respectivamente. La larga evolución de la URT, la edad de presentación más joven, el ser autóctono, el tratamiento anti-tuberculoso (TAT) < de 8 meses, la baja agudeza visual basal, la presencia de panuveítis, limbitis, precipitados queráticos granulomatosos, sinequias, Tyndall celular y vitreítis, así como el tratamiento corticoideo previo y la mayoría de complicaciones, se asociaron con baja agudeza visual final y/o pérdida de visión. Por el contrario, la procedencia asiática, la vasculitis periférica y el TAT se asociaron significativamente a mejor AV final y no pérdida visual. La instauración de TAT redujo la frecuencia de ojos con pérdida de 2 o más líneas de visión en un 27%. La sensibilidad (S) y especificidad (Sp) del PPD en sospecha clínica de URT, fue del 87.8% y 85.7%, mientras que para QFT fue del 90.9% y 82.8%, respectivamente, aunque los mejores datos de S y Sp se obtuvieron con ambas pruebas conjuntamente. La concordancia entre PPD y QFT fue k=0.607 (0.43-0.77). El AUC en PPD fue 0.868 (95%CI 0.788-0.948) y en QFT 0.883 (95%CI 0.806-0.961) sin diferencias significativas (p=0.782). Finalmente, BCG fue capaz de infectar la línea celular ARPE-19 y multiplicarse intracelularmente. Se observó la presencia de micropartículas procedentes del EPR, no obstante, su citotoxicidad sobre el EPR fue muy baja (2.19 de máxima a las 96 horas).
CONCLUSIONES: Las URT son prevalentes en nuestra población, la demora en el diagnóstico y el tratamiento empírico con corticoides podrían derivar en una baja AV final y pérdida de visión, mientras que el TAT específico reduciría la frecuencia de ojos con pérdida visual en un 27%. En la sospecha clínica de URT, tanto la prueba de PPD como de QFT son sensibles, específicas y complementarias para el diagnóstico. Finalmente, el BCG es capaz de infectar células del EPR humano, aunque su citotoxicidad es baja, lo que podría explicar el carácter crónico-silente de muchas URT.
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