En la actualidad, son muchas las amenazas que ponen en peligro la biodiversidad del planeta. Las comunidades insulares, debido a una serie de factores, entre los que destacan su aislamiento geográfico, reducido tamaño, y singularidad de sus poblaciones, son especialmente vulnerables frente a los impactos de la actividad humana y el cambio global. Las islas Canarias, situadas en la región macaronésica, punto caliente de biodiversidad a nivel mundial, representan aún un escenario de elevada riqueza y endemicidad vegetal, tanto de especies como de comunidades vegetales. Desafortunadamente, estos hábitats se han visto afectados desde la llegada del hombre al archipiélago, y en la actualidad son muchas las actividades humanas que continúan amenazándolos. En mayor o menor medida, todos los ecosistemas de Canarias han visto transformada y mermada su superficie original, sobreviviendo a día de hoy solamente pequeños parches de vegetación con un aceptable grado de conservación. Esta situación compromete seriamente a las comunidades vegetales en general, y a las de briófitos en particular, ya que afecta a sus patrones de distribución regional e insular y produce graves pérdidas de biodiversidad en los distintos ecosistemas. Los tres grupos de briófitos (hepáticas, hepáticas con cuernos y musgos) se encuentran entre las plantas más primitivas de la tierra y su larga historia evolutiva se remonta a más de 400 millones de años. El carácter poiquilohídrico de los briófitos, junto con su capacidad para tolerar largos períodos de sequía, hacen de estos organismos candidatos ideales para reflejar cambios en las condiciones ambientales; y su rápida respuesta a los cambios los convierte además en excelentes bioindicadores. Esta tesis comienza profundizando en la distribución de las comunidades de briófitos a lo largo de gradientes altitudinales insulares (primero de manera general, y luego analizando el efecto de las actividades humanas en los patrones observados), para continuar centrándose en la laurisilva como ecosistema más vulnerable. En concreto se analizan los principales factores de amenaza de los bosques de laurisilva: el efecto de las plantaciones de especies exóticas, el fuego y las actividades de manejo post-incendio. Nuestros resultados demuestran que los distintos grupos filogenéticos y ecológicos tienen patrones de respuesta diferentes a los factores estudiados, lo que indica la importancia de diversificar los grupos de organismos para entender la respuesta de los ecosistemas a la alteración. La principal motivación de esta tesis doctoral ha sido contribuir al conocimiento del efecto de los impactos antrópicos en estos bosques, a través de la perspectiva que ofrecen los briófitos, y poner de manifiesto la necesidad de considerar las particularidades de cada microhábitat en las labores de gestión.
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