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Resumen de Apolipoproteïnes-a en la glomeruloesclerosis focal i segmentaria

Natalia Puig Gay

  • La Glomeruloesclerosis segmentaria y Focal (GESF) es una enfermedad renal asociada a síndrome nefrótico corticorresistente, el resultado final es una lesión glomerular que produce elevada proteinuria. Según las causas de la enfermedad existen varias formas de GESF: las secundarias, de origen conocido, tales como las mutaciones en los genes de proteínas de los podocitos o por hiperfiltración glomerular y la primaria o idiopática, de origen desconocido, en la que se centra esta tesis. Aunque la causa de este tipo de GESF es desconocida varios estudios han llegado a la conclusión de que está causada por uno o varios factores plasmáticos aún desconocidos que se originan fuera del riñón.

    Uno de los principales problemas de GESF es la falta de respuesta al tratamiento con esteroides, con progresión frecuente hacia insuficiencia renal, diálisis y finalmente el trasplante renal, que entre el 30-50% de los casos recidiva incluso horas después de recibir el trasplante. Esto sumado a la dificultad del diagnóstico basado en las características clínicas, es decir, aumento de proteinuria, el cual puede venir por otras causas y detección de la glomeruloesclerosis segmentaria en la biopsia renal, las cuales no suelen aparecer hasta después de un mes de la aparición de la proteinuria, hace que sea necesario buscar proteínas útiles como biomarcador que permitan un rápido diagnóstico, así como un pronóstico de la recidiva de GESF.

    Por todo ello se diseñó un estudio en el que mediante técnicas proteómicas se pretendía detectar los potenciales inductores de la enfermedad además de moléculas que pudieran servir como marcadores pronósticos de recidiva. Hemos encontrado específicamente asociadas a GESF idiopático unas formas de apolipoproteínas de HDL: una de apolipoproteína A-II monomérica (ApoA-IIM) en el plasma de los pacientes idiopàtics7 y una de apolipoproteína AI (ApoA-Ib) en la orina de los pacientes trasplantados con recaída de GESF.

    Del estudio de un total de 119 pacientes utilizados en la validación de ApoA-Ib hemos podido demostrar que ApoA-Ib es un buen biomarcador de recidiva post-trasplante de GESF con una sensibilidad y una especificidad del 92.8% y el 98.1 % respectivamente, un segundo estudio permitió confirmar la utilidad de ApoA-Ib como biomarcador con sensibilidad del 93.3% y especificidad del 89.1%, además de poder ser utilizado como biomarcador negativo (valor predictivo negativo del 99% en el primer grupo y del 97.6% en el segundo grupo) es decir la ausencia de ApoA-Ib permite excluir el diagnóstico de recidiva con una elevada confianza, incluso en presencia de proteinuria severa, complementando el diagnóstico clásico basado en evidencias histológicas en la biopsia renal, sobre todo en los casos tempranos donde las lesiones aún no se han desarrollado y que por tanto el diagnóstico no es claro, además, tiene como ventaja que es un biomarcador no invasivo que permite realizar medidas fáciles y repetidas con un resultado cualitativo. También parece que ApoA-Ib podría ser de gran utilidad en la predicción de la recidiva post-trasplante de GESF.

    Hemos podido determinar que ApoA-Ib es en realidad una forma de apolipoproteína AI con una maduración incompleta y que presenta una parte del pro-péptido unido a ella, dándole así más peso molecular y un punto isoeléctrico más básico de lo que se esperaría para la ApoA-I estándar. Esta forma anómala de ApoA-I altera la proporción de las subfracciones de HDL.

    El papel de esta forma anormal de Apolipoproteína A-I en la patogenia de GESF no ha podido ser evidenciada, aunque se ha demostrado su asociación casi exclusiva con las recidivas de GESF.


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