El rechazo mediado por anticuerpos (AMR) es una de las principales causas de pérdida del injerto. La formación de anticuerpos anti-HLA específicos de donante (DSA) se ha asociado con la aparición del AMR crónico y con una reducción de la supervivencia del injerto renal a largo plazo.
En este estudio, hemos analizado la incidencia e impacto clínico de desarrollar anticuerpos anti-HLA de novo en 122 pacientes con trasplante renal primario y sin anticuerpos anti-HLA pre-trasplante. En esta cohorte se realizó un análisis evolutivo de los anticuerpos anti-HLA en las muestras de sueros de los 6, 12, 30 y 48 meses post-trasplante mediante Luminex. En 40 pacientes se realizó la técnica de crossmatch por citometría de flujo (FCXM) mediante combinación de los sueros del receptor de los 12 (n=40) y 30 (n=22) meses post-trasplante con células de los donantes previamente congeladas. Los resultados obtenidos se correlacionaron con la evolución clínica del injerto (creatinina sérica y proteinuria).
El análisis de los sueros mediante Luminex reveló que la incidencia acumulada de aparición de DSA de novo era del 6,1% a los 4 años del trasplante, mientras que los pacientes con no DSA mostraron una incidencia del 15,9%. Además, el 57,1% de los pacientes con DSA de novo desarrollaron estos anticuerpos antes de los 12 meses post-trasplante. En cuanto a las características de los anticuerpos se detectó que los DSA reconocían moléculas HLA de clase I en el 57% de los casos y HLA de clase II en el 43% de los mismos. Un factor de riesgo para la formación de DSA de novo fue la conversión a fármacos inhibidores m-TOR (Hazard ratio: 18). Por otra parte, en 6/40 pacientes monitorizados mediante el FCXM se detectaron DSA, no presentando estos pacientes anticuerpos anti-HLA ni anticuerpos anti-MICA mediante Luminex.
En esta cohorte de pacientes también se valoró el impacto que tienen los anticuerpos sobre la función del injerto. Los pacientes que desarrollaron DSA mediante Luminex o FCXM (n=13) presentaron un aumento significativo de los niveles de creatinina sérica comparado con los pacientes sin anticuerpos post-trasplante. En estos pacientes los anticuerpos anti-HLA DSA precedieron la aparición de la proteinuria en el 71,4% de los casos.
Debido al impacto negativo que ejercen los anticuerpos anti-HLA, mayoritariamente los DSA, en la evolución clínica del injerto, sería interesante estudiar el papel de estos anticuerpos en la patogénesis del AMR. Para ello, se estudiaron los efectos biológicos in vitro de los anticuerpos anti-HLA procedentes de sueros humanos aloinmunizados sobre la proliferación celular (n=17) y la expresión de P-selectina (n=13) en células endoteliales aisladas de cordón umbilical (HUVEC). Además, estos efectos in vitro se correlacionaron con los niveles de anticuerpos medidos por Luminex.
Se observó que los sueros de pacientes con anticuerpos anti-HLA provocan un incremento en la expresión de P-selectina en las HUVEC, mientras que simultáneamente, inhiben la proliferación endotelial in vitro. En estos experimentos fueron necesarios niveles de anticuerpos anti-HLA mayores a 23.219 MFI (intensidad media de fluorescencia) para alterar la proliferación celular, en cambio, el nivel necesario para estimular la expresión de P-selectina en las HUVEC fue menor, exhibiendo un valor mínimo de 13.000 MFI.
En este trabajo demostramos que la monitorización de los DSA (mediante Luminex y su complementación con FCXM) puede ofrecer al paciente nuevas estrategias en el tratamiento antes de que se establezca un daño mediado por anticuerpos. Además, estos resultados experimentales ayudan a entender mejor los mecanismos implicados en la patogénesis del AMR.
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