La conductividad eléctrica es uno de los principales parámetros que sirven para determinar si el agua es apta para el consumo humano y tiene las condiciones mínimas para sustentar flora y fauna acuáticas. Los valores límite permitidos para la conductividad del agua destinada a determinados usos están reglamentados, y los métodos para medirla están descritos en diversas normas técnicas.
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