Introducción: La mayoría de las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse actuando sobre factores de riesgo modificables. Pero hay muchas que no se previenen porque hay factores que desconocemos.
Objetivo general: continuar el seguimiento de una cohorte de población general adulta indagando, con la evidencia longitudinal prospectiva, el efecto de nuevos determinantes de cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular, hipertensión y diabetes tipo 2. Objetivos específicos: Comprobar a los 10 años de seguimiento de una cohorte de población general adulta de Canarias, para estas cuatro enfermedades 1.- a) Cuál es la tasa de incidencia y compararla con la del resto de España; b) Si su riesgo aumenta en sujetos con péptido C sérico elevado, independientemente del valor atribuido a la resistencia a insulina (RI) en el modelo HOMA2; c) Si el riesgo de padecerla aumenta en personas con resistina sérica elevada.
Métodos: Análisis de una cohorte de población adulta tras 10 años de seguimiento. Descripción de las nuevos factores de riesgo y medición de los clásicos. Ajuste bivariado y multivariado (logístico y de riesgos proporcionales).
Resultados: Los varones presentan valores significativamente más elevados en sobrepeso, hipertensión, hipertensión mal controlada, ratio TG/HDL elevada, glucemia, LDL-c y triglicéridos. El porcentaje de fumadores activos y el consumo habitual de alcohol también era mayor en los hombres, sin embargo presentan alta adherencia a la dieta mediterránea. Las mujeres presentan valores más elevados en obesidad y baja adherencia a la dieta mediterránea.
Se ha elaborado una nueva clasificación de la RI, introduciendo el concepto de RI inicial. La clasificación de la población general sin diabetes en función de la concentración sérica de péptido C y glucosa permite identificar a quienes padecen esta RI inicial: se trata de población normoglucémica con péptido C elevado. La población con RI inicial tiene en promedio tres años más de edad que la que no sufre RI, predomina en los varones, y cuenta con una alta prevalencia de obesidad abdominal y con un perfil lipídico aterogénico e inflamatorio. La comparación de valores obtenidos en esta clasificación de la RI en los momentos basal y final del seguimiento permite estudiar la evolución de la resistencia a la insulina en cada individuo. Comprobamos así que las personas que mantienen durante largo tiempo la RI inicial sufren un aumento del riesgo coronario superior al de quienes mejoran su RI, e incluso al de quienes empeoran su RI y progresan hasta prediabetes o diabetes. La RI inicial constituye un grupo de población aparentemente sana, pero con serio riesgo de enfermedad coronaria. Para la práctica clínica, ningún biomarcador de RI mejora la asociación de los triglicéridos con ella: la medición del péptido C parece recomendable en las personas adultas con triglicéridos elevados y glucemia normal. La resistencia a la insulina y la evolución de la misma durante el seguimiento, fue un sólido factor de riesgo en el desarrollo de la diabetes, cardiopatía isquémica e hipertensión. El riesgo de ictus en quienes tienen la resistina elevada se multiplica por casi el doble respecto a las personas que presentan niveles normales de esta molécula. Este riesgo asociado a la resistina tras 10 años de seguimiento la convierte en un posible biomarcador precoz de eventos cerebrovasculares en la población general, lo cual es merecedor de nuevos estudios sobre la misma.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados