La experiencia con el trasplante de progenitores hemopoyéticos (TPH) en la leucemia linfática crónica (LLC) es limitada, con escasa información acerca de los resultados a largo plazo y factores pronósticos relacionados, así como del potencial valor predictivo clínico del análisis de la enfermedad residual mínima (ERM). Para analizar estos objetivos se llevó a cabo un análisis en una extensa serie multicéntica, constituida por 124 enfermos autotrasplantados, en su mayor parte en respuesta tras tratamiento previo, y 54 alotrasplantes, la mitad de los cuales tenían una enfermedad quimiorresistente.
El análisis de la ERM se realizó en una serie de 32 pacientes de una sola institución mediante citometría multiparamétrica y PCR de la región CDRIII del gen de la cadena pesada de las inmunoglobulinas (IgH). Tras el autoTPH se obtuvo una alta tasa de remisiones completas (87%), aunque con una incidencia de recidivas constante a lo largo del tiempo, sin fase de plateau, con una probabilidad actuarial de recaída a los 5 años del 56%, lo que se tradujo en una supervivencia y una supervivencia libre de evento a los 5 años del 62 y 35%, respectivamente. El estadio clínico pre-trasplante fue el único factor predictivo de la respuesta, mientras que el estadio pre-TPH, el grado de infiltración medular y el número de líneas de tto., recibidas fueron las variables pronósticas de la supervivencia. Por otra parte, la persistencia de ERM tras el autoTPH se asoció a un alto riesgo de recidiva precoz, durante los dos primeros años post-trasplante; de manera adicional, y tras una primera determinación positiva, se detectó un incremento de proporción variable en el nivel de ERM en muestras sucesivas en todos los casos analizados. A su vez, el trasplante alogénico se asoció a una gran toxicidad, con una mortalidad relacionada con el procedimiento a los 100 días del 31%, pero con una baja incidencia de recidivas (incidencia acumula
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