La capacidad de las proteínas de autoensamblarse para formar homodímeros u oligómeros de orden superior o de interaccionar con otras proteínas para formar heterómeros, es una de las características importantes en la señalización intracelular. Un ejemplo paradigmático son los receptores de adenosina A1, A2A, A2B y A3. En el plano horizontal de la membrana, estos GPCRs se expresan como homómeros o como heterómeros con otros GPCRs. En el plano vertical, a través de la membrana, estos receptores interaccionan con las proteínas intracelulares encargadas de la señalización o de la regulación de la señalización, pero, también en este plano vertical, alguno de estos receptores, como los subtipos A1 y A2B son capaces de interaccionar con una proteína extracelular como el enzima adenosina desaminasa (ADA). Este enzima del metabolismo purínico es capaz de degradar adenosina con lo que regula la cantidad de hormona extracelular que se une a los receptores y su interacción con éstos es capaz de potenciar la unión de los ligandos a los receptores A1 y A2B, independientemente de su actividad catalítica.
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