RESUMEN EN ESPAÑOL Tal vez debido al trabajo de Quine, que se pensó que había derrotado la amenaza del neopositivismo, en las últimas décadas ha habido un gran resurgimiento entre los filósofos de los debates sobre la existencia de varias entidades, incluyendo no sólo los debates tradicionales sobre la existencia de Dios o el libre albedrío, sino también los debates sobre si existen objetos ordinarios como personas o artefactos, así como los debates sobre si existen los números, las partes temporales o las sumas mereológicas. Una consecuencia natural ha sido el creciente interés en la reflexión sobre la viabilidad de la ontología, como el estudio filosófico de lo que existe. Van Inwagen acuñó recientemente el término "Metaontología" para referirse a la metadisciplina que se ocupa de la legitimidad y el estado cognitivo de la ontología, así como de su propia tarea y metodología. A grandes rasgos, mientras que los ontólogos preguntan "¿Qué hay?", la pregunta de la metaontología es "¿Qué quieren decir los ontólogos cuando hacen preguntas ontológicas?".
El objetivo principal de esta tesis es proponer una visión no representacionalista/no descriptivista en metaontología, según la cual no existe una relación de representación entre las reivindicaciones ontológicas (afirmaciones de existencia realizadas por los ontólogos) y el mundo, y no tienen como objetivo principal describir aspectos del mundo como objetos, propiedades, hechos o estados de cosas. Más bien, argumento, su uso puede implicar un tipo distintivo de función expresiva metalingüística; en particular, pueden utilizarse para expresar compromisos con la adopción o rechazo de marcos lingüísticos. Es decir, las afirmaciones ontológicas expresan, al menos en parte, nuestro compromiso con un conjunto específico de normas o políticas para la formación de creencias. Como tal, contrasta con la visión representacionalista/descriptivista dominante en metaontología, según la cual debe haber una relación de representación entre las reivindicaciones ontológicas y el mundo, y su objetivo primordial es representar algo así como hechos metafísicos sobre el mobiliario último del mundo o propiedades metafísicas que esculpen la naturaleza en su conjunto.
Al mismo tiempo, sin embargo, también mi tesis contrasta con otros relatos no representacionistas de la literatura, como el minimalismo metaontológico (es decir, el deflacionismo). Porque, sostengo, aunque el discurso ontológico no se entiende principalmente como un intento de describir, esto no hace que la ontología sea ilegítima o carezca de valor. De hecho, a diferencia de las posiciones escépticas en metaontología, el punto de vista presentado en esta disertación niega que las oraciones ontológicas carezcan de sentido o sean triviales – en las que la trivialidad se entiende como estrechamente relacionada con la falta de información. En breve, en esta disertación intentaré criticar el representacionalismo/descriptivismo en metaontología y evaluar las perspectivas de una versión del no-representacionalismo en metaontología que no conduzca a endosar ni conclusiones reduccionistas, que pretenden eliminar el discurso ontológico, ni conclusiones escépticas, que consideran irrelevante el discurso ontológico.
Esta tesis es un compendio de ensayos cortos y se divide en tres partes. En la primera parte, compuesta por los dos primeros artículos, aplicaré tal enfoque expresivo (metalingüístico) a las afirmaciones ontológicas, entendidas como afirmaciones externas a cualquier marco lingüístico (en la terminología de Carnap). En la segunda parte, que consiste en los documentos tres y cuatro, sugeriré que también algunas afirmaciones sobre la existencia particularmente espinosas (dentro de marcos lingüísticos) pueden ser sensibles a una lectura expresiva. La tercera parte, que se compone de los ensayos quinto, sexto y séptimo, adoptará una forma algo diferente. Me centraré en el problema de cómo hacer frente a la rivalidad entre las diferentes ontologías.
Un poco más en detalle, en el primer ensayo de esta tesis ("The Practical Dimension of Ontological Discourse", en evaluación en Dialectica), me centro en la función del discurso ontológico. Partiendo de la distinción entre el lenguaje descriptivo y el normativo, sostengo que las oraciones ontológicas son a menudo secretamente normativas y, como tales, su uso es principalmente práctico más que representativo. De ello se deduce que la función del discurso ontológico (discurso sobre los tipos de entidades que realmente existen) no es describir fragmentos de realidad o declarar hechos ontológicos profundos, sino más bien proporcionar a los agentes una orientación intencional. En particular, se puede decir que tiene el propósito de influir y regular el comportamiento lingüístico del otro.
En el segundo ensayo de la tesis (“Expressivism without Mentalism in Metaontology”, [2018], International Journal of Philosophical Studies, 25 (5): 781-800), escrito junto con Pedro Antonio García Jorge, desarrollamos algunas de las ideas planteadas en el primer ensayo que proporcionan un enfoque expresivo de las oraciones ontológicas externas (en términos de Carnap). Como tal, se trata de un enfoque no descriptivo y no representacionalista del significado de las mismas. Es no-representacionalista ya que no asume que debe haber una relación de representación entre las oraciones ontológicas y el mundo, y no son no-descriptivas ya que no asumen que la única función de una oración ontológica es igualar hechos mundanos o describir cómo son las cosas en el mundo. Aunque el representacionalismo y el descriptivismo están estrechamente correlacionados o entremezclados en la explicación del significado, son un poco diferentes. El representacionalismo es una tesis metasemántica; es decir, el representacionalismo explica en virtud de qué lenguaje es significativo, mientras que el descriptivismo es una tesis sobre lo que hacemos con el lenguaje. Dada esta comprensión del Expresivismo, damos cuenta del significado de las oracions ontológicas que explican su papel en la comunicación, cómo los hablantes las utilizan en la comunicación, mientras que nosotros rechazamos la semántica psicológica. Sin embargo, Al mismo tiempo, no negamos que, a pesar de tener un uso paradigmáticamente no representativo, tienen una semántica propositiva. Sin embargo, para el relato expresionista que tenemos en mente, los hechos semánticos están determinados en última instancia por los hechos sobre el uso. Además, evitamos acusaciones también de mentalismo (a nivel de metasemántica) en la medida en que explicamos el significado de las reivindicaciones ontológicas externas en términos de los compromisos prácticos para la adopción de ciertas formas lingüísticas que expresan, en lugar de expresar algún tipo de estado mental (dentro de la cabeza).
En el tercer ensayo de esta tesis (“Scientific Models and Metalinguistic Negotiation”, [en prensa], Theoria: an International Journal for Theory, History and Foundations of Science), investigo la relación entre el tipo de relato de los juicios ontológicos avanzados en los dos ensayos anteriores y las controversias ontológicas. En particular, tomo el debate entre los enfoques dominantes del realismo y el anti-realismo (especialmente el ficcionalismo) sobre el estado ontológico de los modelos científicos como un estudio de caso y exploro la posibilidad de entender tal debate como un ejemplo de negociación metalingüística.
En el cuarto ensayo de esta tesis (“Categorial Disambiguation”, [en prensa], in J. Cumpa, eds., Categorial Ontologies: From Realism to Eliminativism, Routledge), me concentro en el vocabulario ontológico-categorial, es decir, los términos ontológico-categoriales tradicionales, tales como “sustancia”, “tipo”, “cosa”, “objeto”, y otros similares. Presento un relato del papel desempeñado por esos términos sugiriendo que desempeñan una función expresiva metalingüística distintiva. Sin embargo, mantengo que tal relato opera principalmente a nivel pragmático: como parte de una teoría del uso de estas expresiones. Por consiguiente, no nos compromete necesariamente a conclusiones nominalistas (semánticas u ontológicas). Una forma de simple realismo sobre las categorías ontológicas es, por lo tanto, al menos compatible con un análisis expresivo del uso del vocabulario ontológico-categorial.
En los tres últimos ensayos de esta tesis, mi objetivo es comprender mejor, desde la perspectiva esbozada anteriormente, lo que los metafísicos están haciendo cuando tratan de abordar la supuesta rivalidad entre diferentes ontologías, en particular entre la ontología de sentido común y la ontología científica. En los casos en que la investigación científica parece tener afirmaciones de sentido común refutadas, los metafísicos a menudo han ofrecido paráfrasis eliminativistas. Por ejemplo, la oración "Hay una silla aquí" se parafrasearía como "Hay partículas dispuestas en forma de silla aquí", cuantificando así sólo sobre partículas, no sillas, evitando así supuestamente el compromiso con las sillas. Sin embargo, es posible esperar que en el uso ordinario (por ejemplo, en el habla inglesa normal) la verdad de la primera sea analíticamente suficiente para asegurar la verdad de la segunda: es decir, del hecho de que hay (según la teoría eliminativista) simples disposiciones en cuanto a la silla, podemos inferir que hay una silla. En el quinto ensayo de esta tesis (“Transparent Contents and Trivial Inferences”, en evaluación en Studia Semiotyczne), sostengo que, si lo anterior es correcto, entonces podemos concluir que la relación inferencial entre las dos oraciones consideradas debe ser, hasta cierto punto, epistémicamente transparente. Esto significa que debe estar epistémicamente disponible para el hablante simplemente sobre la base de la competencia lingüística y conceptual. Además, en la medida en que una oración parece comprometernos a la existencia de cosas que no se mencionan en la otra oración, este tipo de relación inferencial, aunque trivial, puede revelar compromisos ontológicos. Es decir, resulta ser de alguna manera "ontológicamente amplia". Por lo tanto, en tales circunstancias, los oradores competentes están obligados a llegar y adquirir conclusiones ontológicas (internas) sobre la existencia (simple) de las entidades en cuestión a priori, sin necesidad de conocer más verdades empíricas.
En el sexto ensayo de esta tesis (“Cross-Sortal Identity Claims”, en evaluación en Axiomathes), trato de mostrar que los sorteos empleados por la imagen manifiesta y la imagen científica a menudo tienen condiciones de co-aplicación diferentes, aunque, como se dijo en el ensayo anterior, pueden compartir las mismas condiciones de aplicación. De ello se deduce que la relación entre los objetos a los que se refieren las dos imágenes difícilmente puede ser identidad. Sin embargo, al mismo tiempo, sugiero que también los intentos de encontrar una rivalidad entre las dos imágenes son engañosos. Normalmente, los argumentos que relacionan las ontologías de sentido común y las ontologías científicas se basan en la idea de que podríamos hacer una referencia neutra de categoría a alguna de las cosas de las que estamos hablando. Pero "cosa", en su uso neutro, no es un término genérico, por lo que no puede permitirnos establecer una referencia a algo en lo que la ciencia y el sentido común puedan entonces estar de acuerdo o en desacuerdo. Para superar este callejón sin salida, abogo por una comprensión diferente de las reivindicaciones que vinculan a las dos imágenes. En línea con la mayoría de las ideas presentadas en los ensayos anteriores, tomo su papel principal para ser una función expresiva (metalingüística).
Finalmente, en el último trabajo de esta tesis (“Categories and the Language of Metaphysics”, [2019], Organon F, 26, [3]: 1-21), intento mostrar cómo la estrategia metaontológica global desarrollada a lo largo de esta tesis puede ser utilizada para arrojar luz sobre el trabajo en el que participan ontólogos sobre algunas discusiones contemporáneas en metafísica analítica. Tomo los recientes intentos de Cumpa (2014) de descubrir la estructura fundamental del mundo como un estudio de caso. En la medida en que concibe esta pregunta como una pregunta sobre la categoría capaz de unificar la imagen manifiesta y científica del mundo, su análisis resulta de particular interés para el relato metaontológico aquí presentado. Concluyo que la respuesta que da, que apela a la categoría de "hechos", tendría sentido si se entendiera que cumple la función expresiva (metalingüística) esbozada en los ensayos anteriores de esta disertación.
En conclusión, si los argumentos de esta tesis tienen éxito, la visión metaontológica que ofrezco gana una ventaja importante sobre el representacionalista/descriptivista. De hecho, al entender la práctica ontológica de acuerdo con su función pragmática, a diferencia de sus creadores de verdades, no necesitamos proporcionar un análisis de la naturaleza de algunos estados metafísicos de las cosas que se supone que hacen verdaderas las afirmaciones ontológicas. Pero las afirmaciones ontológicas tampoco se entienden en términos de las actitudes evaluativas que expresan. Si en cambio entendemos las reivindicaciones ontológicas observando los compromisos prácticos que el ontólogo asume al hacerlas, encontraremos una manera de dar sentido al razonamiento ontológico que asegure las ventajas del no-representacionalismo sin el bagaje del emotivismo y las versiones tradicionales del expresivismo.
Al mismo tiempo, también obtiene ventajas sobre otros enfoques no representacionistas, como el realismo ligero y el cuasi realismo. Contrariamente a estos últimos enfoques, que se limitan a dejar de lado las cuestiones metafísicas, el presente ofrece un relato más conciliador del discurso ontológico y da sentido al discurso ontológico y a las verdades ontológicas. Luego ofrece una visión que da sentido a la práctica ontológica, especialmente en relación con los fenómenos de razonamiento ontológico. Del mismo modo, no desdeña los debates ontológicos y no considera que las disputas sobre lo que realmente existe no tengan sentido y estén fuera de lugar, sino que, en cierta medida, pretende preservarlos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados