Andrés del Amor Arroyo Tristán
La hiperhidrosis se define como la sudoración excesiva debida a la hiperactividad de las glándulas sudoríparas. Esta patología ocasiona una intensa alteración del estado psíquico de los pacientes y dificulta las relaciones sociales condicionando la incorporación laboral. La hiperhidrosis puede dividirse en fisiológica (dentro de un proceso de aclimatación, menopausia o la sudoración gustatoria idiopática), secundaria a determinadas alteraciones (endocrinológicas, neurológicas, etc) o primaria (esencial), objeto esta última del presente estudio.
La hiperhidrosis primaria o esencial se cree que es el resultado de una hiperexcitabilidad de la vía polisináptica simpática del circuito reflejo implicado en la secreción escrina. Se ha comprobado la existencia de un aumento de la actividad del nervio simpático a nivel de la piel tras estímulos térmicos (36). Se puede localizar en plantas, axilas, palmas o una combinación de las mismas. La incidencia de hiperhidrosis esencial estimada en la población mundial está entre el 0,6 y 1% (71) siendo algo mayor en asiáticos y judíos sefardíes (75). Suele tener su aparición durante la infancia con una distribución levemente superior en mujeres, afectando a varios miembros de la familia. Actualmente no existe un consenso sobre cuál es el origen exacto de la hiperhidrosis esencial y, aunque se exacerba a consecuencia del estrés emocional, no existe evidencia científica que respalde la teoría de una base psicopatológica en estos pacientes. Entre las alternativas terapéuticas se encuentra el tratamiento farmacológico tópico con antiperspirantes, normalmente recomendados como la primera opción.
Los medicamentos de acción general incluyen sedante o ansiolíticos respaldados por el trasfondo emocional de la hiperhidrosis esencial; anticolinérgicos sistémicos en base al control simpático de las glándulas sudoríparas pero con el inconveniente de su inespecidad o los bloqueantes de los canales de c
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados