El objetivo de la presente tesis es analizar la influencia de la personalidad y de la evaluación primaria y secundaria del estresor sobre el tipo afrontamiento (centrado en el problema, en las emociones, en la búsqueda de apoyo social y en el rechazo del estrés cotidiano), y determinar sus implicaciones sobre el estado afectivo. La muestra se compuso por 122 participantes con edades comprendidas entre 25 y 64 años. Se diseñó un estudio longitudinal y mediante un registro diario se obtuvieron evaluaciones del estado afectivo, la situación más estresante del día, la evaluación primaria y secundaria del estresor y la selección de las estrategias de afrontamiento. El análisis se ejecutó mediante modelos jerárquicos multinivel. El coeficiente de correlación intraclase mostró que las estrategias de afrontamiento y el estado afectivo dependen más de variables situacionales que de variables disposicionales. El afrontamiento centrado en el problema depende de una evaluación primaria alta, una evaluación secundaria alta y un rasgo en Extraversión alto. El afrontamiento centrado en las emociones depende de una evaluación secundaria alta y un rasgo en Extraversión alto. La búsqueda de apoyo social depende de una evaluación primaria alta, una evaluación secundaria alta y un rasgo en Extraversión, Neuroticismo y Apertura altos. El rechazo depende de una evaluación primaria alta, una evaluación secundaria baja y un rasgo en Neuroticismo bajo. El afecto negativo depende de una evaluación primaria alta, una evaluación secundaria baja y un rechazo alto. El afecto positivo depende de una evaluación primaria baja, una evaluación secundaria alta, un bajo afrontamiento por rechazo y un bajo neuroticismo. Estos resultados muestran que la evaluación secundaria es la que más determina la selección de la estrategia de afrontamiento ya que ejerce un efecto directo positivo sobre el afrontamiento activo y un efecto directo negativo sobre el rechazo, independientemente de cómo sea la situación, y el afecto positivo depende de un buen control de la situación y de que no se evite. Por tanto, trabajar los recursos que se tienen y la autoeficacia en intervenciones psicológicas podría tener un efecto considerable en el manejo del estrés cotidiano.
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