La carrera a pie es una de las formas más antiguas de ejercicio físico. Su realización de forma habitual con el objetivo de la mejora deportiva se ha convertido en un fenómeno de masas que cuenta con un gran número de practicantes cada día. Desde hace algún tiempo, viene siendo habitual ver personas practicando esta forma de ejercicio físico; rendimiento para unos o entretenimiento para otros. Numerosos autores han demostrado que esta práctica deportiva conlleva beneficios en la calidad de vida, en la disminución de la mortalidad y en la disminución en la probabilidad de tener una enfermedad de las personas que la practican.
Los practicantes de la carrera no están exentos de tener una lesión. El índice de lesión de esta actividad es directamente proporcional al aumento del número de practicantes. En algunos casos, muchas investigaciones recogen que los volúmenes de entrenamiento, las horas de práctica, el terreno por el que se practica, el sexo o el peso del sujeto son factores que alteran las probabilidades de tener una lesión. En las últimas, una de las lesiones con mayor prevalencia entre los corredores es el síndrome de fricción de la banda iliotibial (SFBI).
El SFBI es una lesión por sobreuso que se produce por el roce continuado del tejido contra el epicóndilo femoral externo. Dicho roce se incrementa a medida que la tensión sobre el tejido es mayor, ocasionando dolor al sujeto incluso hasta puntos de tener que cesar con la práctica. Una de las hipótesis más extendidas en la comunidad científica es que el aumento de los casos de SFBI está correlacionada con el aumento de las distancias de los practicantes. Según esta afirmación, los practicantes de esta actividad se habrían expuesto a unos volúmenes de entrenamiento y competición no acorde con su capacidad. Es más, se han encontrado personas que sufren esta patología que corrieron su primera maratón cuando solo llevaban 6 meses practicado dicha actividad.
La comunidad científica concluye los aspectos sobre la fisiopatología y los síntomas de esta enfermedad. Sin embargo, existe mucha controversia en cuanto se refiere a identificar las variables definitorias que afectan a la técnica de carrera de los sujetos que sí tienen esta patología y los que no la contraen, aun realizando las mismas distancias en relación al tiempo. Muchos autores han intentado averiguar cuáles son los factores mecánicos que afectan al síndrome de fricción de la banda iliotibial, pero según los precedentes expuestos, aún no existe un consenso para poder llegar a una conclusión de que tipo de técnica es la que conduce a un sujeto a padecer SFBI.
En este estudio se pretende comparar las variables de la técnica de carrera, definidas como variables de ciclo, variables definidas en función del plano sagital, variables definidas en función del plano frontal, variables definidas en función del plano transversal y variables que definidas en función a las fuerzas de contacto en sujetos que sufren el síndrome de fricción de la banda iliotibial y sujetos sin historial de lesión en la rodilla.
Para ello, en una muestra de 60 sujetos (30 hombres y 30 mujeres) de entre 18 y 55 años, se ha realizado un estudio tridimensional de la técnica de carrera. Se ha dividido a los sujetos en 4 grupos, 15 hombres sanos (corren mínimo 20km a la semana y no tienen la lesión), 15 mujeres sanas (corren mínimo 20km a la semana y no tienen la lesión), 15 hombres lesionados (corren mínimo 20km a la semana y tienen la lesión) y 15 mujeres lesionadas (corren mínimo 20km a la semana y tienen la lesión).
Se han registrado 40 trials de cada sujeto mediante un sistema de seis cámaras infrarrojas modelo Vicon® (Oxford Metrics Ltd, United Kingdom), grabando a una frecuencia de 120 Hz, y sincronizado con dos plataformas de fuerza Kisler® (Kistler Group, Switzerland), con una frecuencia de registro de 1000Hz. Para la determinación de los seis grados de libertad de movimiento de cada segmento y los centros articulares, se fijaron un total de 24 marcadores esféricos reflectantes de 14mm.
Respecto a las variables de ciclo, el grupo de corredores lesionados con SFBI (hombres y mujeres) mostraron menor tiempo de apoyo (p=0,029, d=0,90), menor distancia de la pelvis al talón (p=0,006, d= 0,89) y menor distancia de frenado normalizada (p=0,007 d=0,90) que los corredores sanos. Se han obtenido resultados diferentes en los grupos de hombres y mujeres con SFBI. En el grupo de hombres lesionados, han sido menores la longitud de ciclo (p=0,044, d=0,44), la distancia de la pelvis al talón (p=0,007, d=0,74) y la distancia de frenado normalizada (p=0,007, d=0,77). En el grupo de mujeres con SFBI han sido significativamente menores el tiempo de apoyo (p=0,038, d=0,55) y el tiempo de apoyo normalizado (p=0,037, d=0,78), respecto a las corredoras sanas.
Respecto a las variables angulares en el plano sagital, el grupo de corredores lesionados con SFBI (hombres y mujeres) mostraron mayor pico de anteversión (p=0,001, d=0,34) y menor flexión de la rodilla al inicio del contacto (p=0,007, d=0,66) y durante el apoyo (p=0,013, d=0,22). Se han obtenido resultados diferentes en los grupos de hombres y mujeres con SFBI. En el grupo de hombres lesionados, ha sido mayor el pico de anteversión de la cadera (p=0,004, d=1,29), menor la flexión de rodilla durante el apoyo (p=0,007, d=1,28) y la flexión máxima durante el balanceo (p=0,030, d=0,52). En el grupo de mujeres con SFBI en cambio solamente ha sido significativa la flexión de la rodilla al inicio del contacto (p=0,029, d=0,71) que ha sido menor el grupo de corredoras lesionadas.
En cuanto a las variables angulares en el plano frontal, el grupo de corredores lesionados con SFBI (hombres y mujeres) mostraron menor máximo varo (p=0,006, d=1,15) y mayor mínimo varo (p<0,001, d=1,53) que los corredores sanos. Se han obtenido resultados diferentes en los grupos de hombres y mujeres con SFBI. En el grupo de hombres lesionados, ha sido menor el máximo varo (p=0,001, d=0,62) y mayor el mínimo varo (p<0,001, d=1,09). En cambio, en el grupo de mujeres lesionadas ha sido significativamente mayor la aducción de la cadera durante el despegue (p=0,032, d=1,11).
Respecto al plano transversal la única diferencia encontrada ha sido sobre el grupo de corredores lesionados (hombres y mujeres) respecto a los corredores sanos. Esta ha sido la máxima rotación de la cadera (p=0,008, d=0,71), siendo menor en el grupo de corredores lesionados.
En cuando a las fuerzas de contacto, el grupo de corredores lesionados con SFBI (hombres y mujeres) mostraron mayores valores de fuerza en el eje Z (p=0,009, d=0,91). En el grupo de corredores hombres lesionados con SFBI no se han encontrado diferencias en estas variables. En cambio, en las mujeres lesionadas han sido mayores los valores de fuerza antero posterior en el eje X (p=0,021, d=1,02) y las fuerzas en el eje X (p=0,007, d=0,38) y Z normalizadas con el peso (p=0,03, d=0,69).
Estos resultados evidencian que los corredores con SFBI demuestran un perfil cinemático diferente al de los corredores sanos, podemos pensar alterado por el estado de su lesión. Hombres y mujeres presentan diferentes alteraciones tanto en la cinemática como la cinética.
Por ello, los profesionales de la actividad física y el deporte deben tener en cuenta el género a la hora de investigar sobre la etiología del SFBI.
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