La restauración de la cavidad anoftálmica a una apariencia normal es un problema de difícil abordaje. Durante los pasados 100 años, la técnica quirúrgica y los métodos para rehabilitarla han sido continuamente modificados para conseguir los mejores resultados tanto estéticos como funcionales en estos pacientes.
En 1985 el Doctor Arthur Perry introdujo un nuevo implante orbitario de una material derivado de un coral marino: la hidroxiapatita. Su estructura porosa permite el crecimiento de tejido fibrovascular, fijándole al resto de las estructuras orbitarias. La hidroxiapatita sienta las bases para el desarrollo de los implantes integrados de manera verdaderamente biológica, entre los que también cabe destacar el medpor (polietileno poroso de alta densidad). La integración es todavía mejorada por el uso de un vástago cuando el implante se ha vascularizado.
En la presente tesis hemos evaluado el comportamiento de estos implantes en la población pediátrica en cuanto a motilidad y en cuanto a complicaciones y hemos analizado los factores que influyen. Además hemos realizado una RNM en nuestros pacientes para comprobar el grado de vascularización que se produce en estos implantes y demostrar que la vascularización es mas precoz en niños que en adultos, en los que requiere al menos 6 meses.
Por otro lado, hemos demostrado que la edad del paciente no debe ser un criterio de exclusión para colocar el vastado (su uso se había desaconsejado en niños menores de 7 años).
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados