El punto de partida es la consolidación del Espíritu Positivo o Cartesianismo Democrático, respectivamente augurado por sociólogos como Comte y Tocquev ille. Se trata de una estructura psíquica que invita a pensar que todo evento digno de reclamar la atención, responde a una causa eficaz. Esta circunstancia,si bien ha conllevado felices avances para la tutela de nuestros intereses corpóreos, también ha tenido como contrapartida la propagación de un escepticismo relativo a cualquier clase de moral. Ya que, hasta el momento, semejante ontología se nos ha revelado como inconciliable con una entidad trascendente que nos otorgue un código ético.
Se entiende que esta distancia entre el determinismo y la moral, constituye la raíz de sendos males que azotan a la Sociedad Occidental. Así,en la presente tesis se sost iene la posibilidad, y la conveniencia, de eliminar esta separación que aún media entre ambas. Para lo cual, se comienza en la misma introducción por desautorizar a la doctrina filosófica que se ha encargado de hacer de la ontología determinista la sepultura de la moral humana,el Positivismo Filosófico.
Por añadidura, también se ha advertido la importancia que tiene para la ciencia jurídico-penal el desarrollo de una filosofía que partiendo de una ontología determinista, ofrezca una concepción de la justicia. Dado que la Teoría Jurídica del Delito, al haber fiado sus fundamentos ontológicos al corriente estado de la ciencia, tiene cada vez mayores problemas para sostener que la justicia consiste en administrar penas retributivas al reo que actuó desde el libre albedrío.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados