Se han estudiado aspectos microbiológicos y fitosanitarios del residuo industrial de corcho y de su compost, que conciernen a su posible comportamiento como sustratos "supresores" de enfermedades cuyo origen está en el suelo.
En este sentido, la flora que albergan los sustratos presenta tres aspectos de interés: su influencia en el estado nutritivo más maduros presentan una mayor colonización fúngica que la turba rubis previamente enmendada. Lo que señala al compost de corcho como un sustrato capaz de soportar y sostener un significativo nivel de actividad microbiana, fenómeno subyacente en la "supresión general". En los compost no se han detectado Rhizoctonia solani Kuhn, Fusarium spp. ni Phytophthora spp. y sí, Pythium spp.. Además, dentro de la micoflora de algunos de los compost, es relevante la presencia de ciertos géneros, como Trichoderma Pers., que pudieran integrar especies micoparásitas relacionadas con procesos de biocontrol.
La presencia de compuestos fungitóxicos en los sutratos a base de ciertas cortezas frescas y compostadas ha sido puesta de manifiesto en numerosos trabajos; estas sustancias pueden participar en la supresividad de estos sustratos frente a determinadas enfermedades al reducir el potencial de inóculo de estos patógenos, dado que proporcionan un ambiente industrial de corcho e incluso el corcho lavado presentan una considerable fungitoxicidad, que es reducida notablemente con el compostaje, deduciéndose que los taninos hidrolizables juegan un papel relevante en dicha toxicidad. Frente a Fusarium oxysporum (Schlecht.) Snyd. y Hans. el residuo industrial de corcho e incluso los corchos compostados de menor tiempo de compostaje muestran una toxicidad moderada, que es prácticamente eliminada con el lavado y progresivamente reducida con la prolongación del compostaje y/o el tiempo de maduración de los compost de corcho.
Entre las sustancias posiblemente responsables de esta fungitoxicid
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