María Inmaculada Poveda-García
La hipertensión arterial es considerada como el principal factor de riesgo cardiovascular. La hipertensión refractaria (HR) se define como la incapacidad de alcanzar el objetivo de presión arterial (PA ≥140/90 mmHg ó PA≥ 130/80 mmHg en diabéticos o pacientes con enfermedad renal crónica) a pesar del uso de tres o más fármacos antihipertensivos a dosis plenas siendo uno de ellos un diuréticos.
Se estima que aproximadamente el 13 % de los pacientes hipertensos tratados tienen HR. El porcentaje exacto es difícil de estimar porque un número elevado de pacientes con presentan HR pseudorefractaria, es decir, pacientes con diagnóstico incorrecto de HR debido a tratamiento médico incorrecto, la no adherencia al tratamiento o la imprecisión en la medición de la presión arterial en consulta .
En las últimas décadas se ha determinado que la alta variabilidad de la PA se asocia con el desarrollo, progresión y severidad del daño orgánico y por tanto aumento del riesgo de mortalidad. Por ello, la determinación de la presión arterial así como la evaluación de las fluctuaciones se estudian por distintos métodos como por ejemplo la monitorización ambulatoria de la PA de 24 horas (MAPA), o la vigilancia de la casa (AMPA) cada vez más utilizados en nuestras consultas.
De ahí que la importancia de estos métodos de medición sean fundamentales para el diagnóstico de hipertensión arterial refractaria vs pseudohipertensión ayudando a discernir entre las fluctuaciones y la aparición del daño orgánico subclínico.
En el diagnóstico de la hipertensión se recomienda la búsqueda de órgano diana subclínico tanto en los pacientes con HR como en los que se clasifican como HTA pseudorefractaria. La detección de dicho daño subclínico es un potente predictor para futuros eventos cardiovasculares independientes de la evaluación sistemática del riesgo de contabilidad (score) lo cual añade un riesgo adicional según la ESH/ESC.
El presente estudio tiene como objetivo destacar la importancia de la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) para hacer el diagnóstico de HTA refractaria en nuestras consultas con el fin de descartar los sujetos con HTA pseudorefractaria. Además de evaluar los parámetros que reflejan daño orgánico puede ayudar a distinguir HR de HTA pseudorefractaria.
Del total de 112 pacientes con el diagnóstico probable de hipertensión refractaria derivados de atención primaria se confirmó el diagnóstico de hipertensión refractaria a mediante MAPA en sólo el 61.6 % (n=69).
En lo referente a la aparición de lesión de órgano diana se observó diferencias estadísticamente significativas (p<0.001) en los hipertensos refractarios respecto a los pseudorefractarios. La HR se asoció a lesión subclínica de órgano diana; un 84 % presentaban microalbuminuria con rango promedio de microalbuminuria en orina fresca de 66.25 mg/dl (±30,7 mg/dl). El 44.9 % tienen una enfermedad renal crónica estadio 3 con filtrado glomerular medio de la muestra de 59 mil/min. El 56.5 % presentaba hallazgos ecocardiográficos de hipertrofia de ventrículo izquierdo. El examen de fondo de ojo reveló que un 64 % de los pacientes presentaban retinopatía hipertensiva. El 24.6 % a pesar de no referir clínica de arteriopatía periférica destaca un índice tobillo brazo patológico.
Nuestro estudio demuestra que 4 de cada 10 pacientes diagnosticados de hipertensión refractaria realmente no lo son tras la realización de la monitorización ambulatoria de la PA por lo que podemos considerar la MAPA como el estándar de referencia recomendado para el diagnóstico de hipertensión verdadera y además permite reajustar el tratamiento médico en cada paciente.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados