En el presente trabajo se ha realizado un estudios sistemático de las patologías y causas de mortalidad en las tortugas marinas varadas en las Islas Canarias desde Enero de 1998 hasta Diciembre de 2001. En total se necropsiaron 94 tortugas (89 Caretta caretta; 2 Dermochelys coriacea; 3 Chelonia mydas).
En los ejemplares necropsiados se observaron lesiones afectando a los sistemas digestivo, respiratorio, excretor, reproductor, muscular, óseo, cardiovascular, inmune, sistema nervioso, piel y anexos, y órganos de los sentidos.
A su vez se realizó un estudio toxicológico en busca de metales pesados (Al, As, Cd, Cu, Fe, Ni, Hg, Pb y Zn) de muestras de hígado, riñón, músculo y hueso de los ejemplares necropsiados.
A nivel de sistema inmune, destaca el hallazgo de un linfoma linfoblástico multicéntrico en un espécimen de tortuga boba (C.caretta), primera neoplasia linfoide descrita en tortugas marinas.
A nivel del sistema cardiovascular destaca un caso de miocarditis purulenta y pericarditis purulenta difusa asociadas al aislamiento de Staphylococcus xylosus.
Cabe destacar el hallazgo de un divertículo esofágico de gran tamaño en una tortuga boba a nivel de la unión esófago-estómago. La muscosa del divertículo presentó una inflamación fibrinonecrótica asociada al aislamiento de Aerococcus viridans.
Se estimó que en la muerte del 29,79% de los ejemplares (28/94) concurrieron causas espontáneas de origen "natural". El 67,02% de las tortugas necropsiadas (63/94) mostraron lesiones enmarcadas dentro de la patología medioambiental derivada de actividades humanas, es decir, traumatismo por embarcaciones (23,40%), enmallamientos en redes de pesca (24,47%), ingestión de anzuelos y monofilamentos de pesca (19,15%), e ingestión de crudo y plásticos (2,13%).
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