Al nacer, los mamíferos experimentan el paso de una respiración planetaria a una pulmonar. El aire atmosférico superior al líquido pulmonar fetal, estableciéndose una interfase arie-líquido en los alvéolos. A término, esta transición es posible porque la presencia de surfactante pulmonar mantiene una mínima tensión superficial en la interfase alveolar, facilitando la ventilación.
¿Qué sucede cuando al nacer prematuramente, con un pulmón inmaduro sin surfactante, un niño debe respirar en una atmósfera gaseosa? La deficiencia de surfactante hace que no se establezca una adecuada capacidad residual funcional, apareciendo un cuadro de dificultad respiratoria conocido como síndrome de dificultad o distrés respiratorio o enfermedad de la membrana hialina. Es evidente que la supervivencia extruterina, no solo del hombre sino de todos los mamíferos, depende de la madurez del sistema surfactante.
De hecho, solo si se mantiene artificialmente un adecuado intercambio gaseoso hasta que maduren los sistemas de síntesis del surfactante, se consigue la supervivencia de los animales inmaduros. Recientes avances en la prevención (corticoides prenatales) y manejo posnatal del síndrome de la dificultad respiratoria (Tratamiento con surfactante exógeno, ventilación mecánica sincronizada o de lata frecuencia, etc). Han mejorado la supervivencia, aunque sigue originando incapacidades y secuelas pulmonares o neurológicas. Además, todas estas técnicas de soporte vital (oxigenoterapia, ventilación mecánica, ECMO, etc.) pueden dar lugar a complicaciones graves.
Asimismo, se ha descrito que el síndrome de la dificultad o distrés respiratorio agudo o del adulto, presenta una gran similitud al síndrome de la dificultad o distrés respiratorio agudo o del adulto, presenta una gran similitud al síndrome del distrés respiratorio del neonato, postulándose una deficiencia de la actividad del surfactante, la cual ha sido confirmada, aunque hoy día se
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