INTRODUCCIÓN Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) engloban un grupo de entidades cuya principal característica común a todas ellas es la afectación inflamatoria de la pared de tracto digestivo y que en la práctica clínica hacen referencia a la Colitis Ulcerosa (CU), la Enfermedad de Crohn (EC) y la colitis indeterminada (CI). Hoy en día, al obtener todos los datos clínicos, radiológicos, endoscópicos e histológicos, al menos el 90% de los pacientes con EII pueden clasificarse, sin existir signos patognomónicos pero con criterios objetivos aceptados internacionalmente, en Colitis Ulcerosa o Enfermedad de Crohn, quedando aproximadamente un 10% de la colitis sin clasificar diagnosticándose en este caso de Colitis Indeterminada. Muchas y muy importantes respuestas están todavía sin responder o ampliamente debatidas en el estudio de la EII: ¿Son la Colitis Ulcerosa y el Crohn diferentes expresiones de una misma entidad o son entidades diferentes? ¿Qué papel desempeñan los diferentes factores ambientales en el inicio y posterior historia natural de la EII? ¿Cómo podemos predecir la evolución clínica de nuestros pacientes para así poder ofrecerles la mejor alternativa terapéutica disponible en la actualidad? ¿Cómo afectan estas enfermedades a la calidad de vida de nuestros pacientes y cuál es su impacto socioeconómico en nuestra sociedad?.
Existe actualmente una variación geográfica en los datos comunicados sobre la incidencia de la EII, traduciendo probablemente la influencia de distintos factores ambientales y genéticos en su etiopatogenia. Tradicionalmente se informaba de un gradiente Norte-Sur con los mayores incidencias en los países escandinavos, seguidos por Reino Unido y Norte América mientras que la incidencia en el centro y sur de Europa parecía ser inferior. Sin embargo, un estudio europeo cooperativo recientemente publicado, aunque confirma una mayor incidencia en los países del nor
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