La administración de 131I a pacientes para el tratamiento de cáncer de tiroides y algunos tratamientos de hipertiroidismo, supone el ingreso hospitalario de dichos pacientes debido a la alta radiotoxicidad, la alta volatilidad, la larga vida media del isótopo radiactivo y a las altas concentraciones utilizadas. Puesto que la mayoría del radioisótopo no incorporado se elimina por orina durante las primeras 48-72 horas, es necesario un plan de recogida de excretas para ser almacenadas hasta su envejecimiento radiológico y posteriormente evacuadas como material no radiactivo.
Actualmente el único sistema de gestión de orinas radiactivas conocido y empleado en el entorno hospitalario está basado en el envejecimiento de estas excretas en tanques de almacenamiento de varios metros cúbicos instalados en grandes salas fuertemente blindadas y situadas en zonas restringidas del hospital. Las orinas se almacenan por periodos de 3 a 5 meses hasta que sus valores de concentración son compatibles con los valores de vertido establecidos en la normativa vigente para este radionúclido (Real Decreto 783/2001). Este sistema de gestión es robusto pero poco eficiente desde el punto de vista de la protección radiológica y además cuenta con ciertos inconvenientes como es la existencia de canalizaciones entre la habitación de ingreso y la sala de depósitos, a través de las cuales pasan las orinas radiactivas desde el urinario hasta los tanques, el espacio necesario y la dificultad de instalación en centros ya construidos, el almacenamiento de volúmenes enormes de residuos radiactivos de alta radiotoxicidad, la dificultad de gestión de un residuo de carácter líquido, la imposibilidad para gestionar los residuos procedentes de diagnóstico o terapias ambulatorias y la falta de certeza de que toda la orina de cada tratamiento haya sido recogida correctamente en el urinario separador.
En este trabajo se describe un novedoso dispositivo de pequeño tamaño capaz de retener selectivamente el 131I en una columna de extracción, de tal manera que las orinas resultantes puedan ser evacuadas como material libre de radiación directamente a la red de saneamiento. El 131I quedaría como un residuo sólido radiactivo atrapado en la etapa de extracción, minimizando así tanto el espacio necesario para la acumulación del radioisótopo como la exposición del personal y el riesgo de accidentes radiológicos. Este método supone un nuevo concepto de gestión de dichos residuos radiactivos que modifica radicalmente el empleado en la actualidad y de forma generalizada en todo el mundo. Sus posibilidades de uso podrían ampliarse, con ciertas modificaciones, a otros ámbitos de aplicación en el entorno médico, como las pruebas diagnósticas o la terapia metabólica ambulante.
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