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Resumen de Diferenciación floral y cuajado de fruto en albaricoquero (p.armeniaca l.)

Carmen Julian

  • En albaricoquero (Prunus armeniaca L.), como en otras especies frutales de clima templado, el desarrollo de la yema de flor requiere más de seis meses hasta la floración. La diferenciación floral parece estar muy conservada en plantas, y en los últimos años se han realizado muchos trabajos que analizan este proceso en especies modelo, en las que la diferenciación se completa en pocos días. Sin embargo, existe muy poca información sobre este proceso en frutales de zona templada. También se desconocen las posibles implicaciones de los cambios que tienen lugar durante la diferenciación floral en el cuajado de fruto, pero trabajos previos indican que la calidad de flor puede estar predeterminada en el momento de antesis. En este trabajo se ha estudiado el desarrollo de la yema de flor en albaricoquero, evaluando sus posibles implicaciones agronómicas. Este objetivo general se desglosa en tres objetivos: 1) desarrollo de la yema de flor, 2) influencia de este proceso en la calidad de flor y 3) otras implicaciones agronómicas.

    La diferenciación de la yema de flor se produce de forma acrópeta, comenzando por el pedicelo, a continuación el receptáculo y finalmente los verticilos florales, que a su vez van diferenciándose de forma centrípeta: primero los sépalos, luego pétalos y estambres y finalmente el pistilo. El proceso se inicia en el verano, continúa en el otoño y en invierno se detiene aparentemente durante el reposo, sin que se registren en esta fase cambios anatómicos o morfológicos. Sin embargo, el análisis histoquímico del interior de la yema muestra que el almidón se acumula en este periodo, primero de forma acrópeta y luego centrípeta. El establecimiento de conexiones vasculares marca la salida del reposo. El almidón previamente depositado en estas zonas desaparece y la diferenciación de los vasos de xilema desencadena un rápido desarrollo y se produce el desborre. En los estambres se inicia la meiosis, que se completa en una semana y va seguida del posterior desarrollo del grano de polen. El pistilo también se desarrolla, con la elongación del estilo y la acumulación y redistribución de almidón y el desarrollo de los óvulos. Estos cambios tienen claras implicaciones agronómicas. Las flores con poca capacidad de cuajar presentan un retraso en desarrollo desde el inicio de la diferenciación y un menor contenido de almidón. El desarrollo de la yema tiene también otras implicaciones agronómicas. El establecimiento de las conexiones vasculares hace a las yemas más vulnerables a las heladas, lo que puede explicar situaciones de caída de yemas. Finalmente, el inicio del desarrollo del polen provoca un cambio de color en las anteras, que parece ser el primer indicador visual de que las yemas han salido del reposo. Estos resultados avalan la importancia que el desarrollo de la yema floral tiene en el subsiguiente éxito reproductivo. Pero también, los cambios observados en tomo al reposo de la yema aparentemente dormida sientan unas coordenadas para esclarecer lo que ocurre en el reposo.


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