En las últimas décadas el crecimiento de la acuicultura marina, tanto en producciones como en valor, está siendo notable y se estima que la demanda de este tipo de productos va a seguir aumentando en los próximos años. En España este sector continuará su progresiva expansión gracias a la política que viene desarrollándose desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y al sistema de ayudas financieras desarrollado por la Comisión Europea, dentro del marco de la Política Pesquera Comunitaria.
Debido a problemas de contaminación de las aguas por metales pesados, hidrocarburos, etc., el sector necesita la mejora de las medidas de control y mantenimiento de unos parámetros de calidad de las aguas, tanto para preservar el medio como la salubridad de los organismos cultivados. Los estudios ecotoxicológicos y un mayor desarrollo de la toxicología regulatoria resultan imprescindibles para la mejora de dichos controles y la formulación de un marco normativo eficaz.
Dentro del apartado higio-sanitario, son objeto de análisis tanto las medidas referidas a la producción y comercialización, como aquellos concernientes a Sanidad Animal. Se destaca la importancia de las zonas de producción y protección de moluscos, con un total a lo largo de las costas españolas de 117, aunque con muy desigual reparto. Las medidas de policía aplicables a las enfermedades reguladas, dentro de lo que es estrictamente acuicultura marina, resultan insuficientes y esto se une al hecho de que en España no existen zonas autorizadas, ni tan siquiera explotaciones autorizadas dentro de zonas no autorizadas, con las limitaciones comerciales que ello supone.
La acuicultura marina genera impactos ambientales, más o menos relevantes, sobre la calidad de las aguas y los sedimentos, en hábitats, ecosistemas y biodiversidad, además de impatos visuales. A esto cabe añadir los riesgos derivables del uso de organismos modificados gen
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