Resumen de Evaluación del tratamiento del síndrome del músculo piriforme mediante infiltración de toxina botulínica guiada por tac
El síndrome del músculo piramidal o piriforme es el conjunto de signos y síntomas causados como consecuencia de la contractura o espasmo del músculo piramidal, lo que produce compresión del nervio ciático, que pasa por debajo. Esto causa dolor en la región glútea y puede incluso dar lugar a dolor referido en la parte posterior y distal del muslo.Existe suficiente evidencia científica de revisiones y estudios no randomizados que avalan el uso de la toxina botulínica como herramienta de primera línea en el síndrome de dolor miofascial. Se ha observado una mayor eficacia con la toxina botulínica (TB) que con corticoides a corto plazo. Sin embargo no existen en la literatura estudios que evalúen el efecto de dicha toxina a largo plazo como tratamiento en el síndrome del músculo piriforme.El principal objetivo de este trabajo es evaluar la evolución, a lo largo de un año, de un grupo de pacientes diagnosticados de síndrome del músculo piriforme y tratados con infiltraciones de toxina botulínica guiada por tomografía axial computarizada (TAC) así como valorar si el tratamiento con TB supone o no un ahorro en el gasto farmacéutico en analgésicos en estos pacientes.Para ello se ha llevado a cabo un estudio prospectivo y descriptivo sobre un total de 45 pacientes diagnosticados de síndrome del músculo piriforme pertenecientes a la Unidad del Dolor del Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” de Zaragoza. El estudio se ha centrado en aquellos pacientes a los que se les realizaron infiltraciones de TB en el músculo piriforme en el período comprendido entre 2011 y 2013. La media de la intensidad de dolor tanto en reposo como en movimiento, medido mediante la escala Visual Analógica (EVA), se redujo de manera significativa en este grupo de pacientes tratados con toxina botulínica desde la primera visita de control (a los 3 meses), manteniéndose dicha mejoría a lo largo del año de seguimiento (visitas a los 6, 9 y 12 meses). La media del Índice de Lattinen también se redujo de forma significativa en este grupo de pacientes desde la primera vista de control (a los 3 meses), manteniéndose dicha mejoría a lo largo del año de seguimiento (visitas a los 6, 9 y 12 meses). La media del tiempo que se empleó en realizar las infiltraciones de TB guiada por TAC fue de 10 minutos, siendo la de mayor duración de 13 minutos. No hubo diferencias entre la medida del grosor del músculo piriforme enfermo con respecto al músculo sano contralateral en las imágenes del TAC. Sin embargo sí que se encontraron diferencias significativas en el grosor del músculo piriforme enfermo antes y un tiempo después de la infiltración, siendo significativamente mayor la medición realizada antes de la infiltración. Este grupo de pacientes tratados con TB experimentaron una disminución estadísticamente significativa en el consumo del número de fármacos analgésicos a lo largo del año de seguimiento. Esta disminución se tradujo en una media de reducción del gasto farmacéutico en analgésicos de 41.3 euros por paciente y mes. La percepción de mejoría con respecto a la técnica efectuada fue positiva en un 88,9% de los pacientes, coincidiendo dichos porcentajes con la percepción de mejoría observada por el médico.
