El motor de inducción ha sido y continuará siendo uno de los motores eléctricos con más utilización en muchas áreas, Por ello ha sido motivo de estudio durante las últimas décadas. La forma de controlarse ha evolucionado enormemente pasando desde la conexión y desconexión directa de energía pasando por el típico control de tensión frecuencia y llegando a los controles del tipo vectorial como el control de campo orientado directo e indirecto o el control directo de par. Así mismo, debido a sus grandes prestaciones, estos han evolucionado hasta tenerse motores con un alto rendimiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos, su utilización no se realiza en la zona de máximas prestaciones ya que se manejan a cargas y velocidades reducidas, provocando que su rendimiento se reduzca considerablemente y consuman mayor energía que la requerida, principalmente en máquinas pequeñas. Por ese motivo muchos estudios se han centrado en la mejora del rendimiento de estos motores en régimen permanente, puesto que la mayor parte de tiempo de utilización se realiza en dicho régimen. En resumen, el objetivo de esta línea de investigación, mejor conocida como optimización de eficiencia, debe permitir una respuesta dinámica estable, con una compensación rápida del par de carga, pero principalmente que exista un incremento significativo en el rendimiento del motor. Esta operación se lleva a cabo reduciendo el flujo del motor hasta encontrar el punto mínimo de pérdidas para régimen permanente. Pero aún no hay un método que se pueda generalizar. Se requiere de un control óptimo que proporcione en régimen dinámico una disminución en el consumo de energía reflejado en la reducción de pérdidas. Actualmente existen dos enfoques con los que se consigue alcanzar dicho punto de mínimas pérdidas: métodos de búsqueda del punto mínimo de pérdidas y optimización por modelo de pérdidas. Los esquemas de control de altas prestaciones de un motor de induc
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